Me pongo a pensar en tí, mi pequeño Xavi. Aunque no es la expresión
correcta, porque mi pensamiento siempre está dirigido hacia tí. Y así lo
está mi corazón, y todo mi ser.
¿Creías que no me acordaba de tí?, :) sí mi vida, por supuesto que
me acordaba. Estos lapsus de tiempo en silencio latente, lo son para
sentirte de otras maneras, tan solo aprendiendo y
sonriéndole a la vida en estos días que ya pasaron del periodo
vacacional.
Y es momento de hacer balance, para cuando llegue el tiempo de
repasar juntos nuestros recuerdos del pasado, que ahora son nuestro
presente.
Veo en tu pequeño hermanito Yuri como está pasando por aquellos
momentos donde tú recogías las piedras y me enseñabas su valor, esos
inicios de comunicarse, de forma que un papá se da cuenta de
que los niños sois más inteligentes que los adultos, porque intuís
la verdad sin necesidad de usar apenas palabras.
Ha sido hermoso pasear por la playa, por el monte, por los caminos
que tú y papá recorrimos, y aunque sin tí, volverlo reandar con tu
pequeño hermano. A través de su mirada recordaba la tuya.
Porque aunque los ojos de tu hermano son azules y los tuyos
marrones, la forma de mirar es muy similar. Inocente, pura, abierta al
mundo.
Y qué decirte de esas sonrisas que no fallan día tras día, que me
recuerdan a tí, mi vida. Esa inquietud por jugar y por aprender, por
asombrarse desde la salida del sol hasta despedirse la luna.
Viendo dibujos, yendo al cine, paseando por el parque, comiendo
helados, despertando juntos por la mañana y acostándonos por la noche.
Todo me recuerda a tí amor mío, y me refuerza el interés que
crece por estar a tu lado.
Tu hermano mayor está bien, feliz, fuerte, contento, enamorado. Te
gustará saberlo que se ha hecho más poderoso en sentimientos, más
sensible en emociones, en definitiva enamorado, una palabra
que creo recordarás que usa mucha la abuelita contigo y el tete. Te
echa de menos, ¡claro mi amor!, pero juntos seguimos creciendo como
personas para estar preparados en nuestro futuro
encuentro.
Kate está preciosa; y sabes que el papa la ama, que es mi mujer. Y
ella te quiere, pues logró conocer tu esencia antes de que te alejaran
de nosotros. Siguen ahí esos pedacitos de recuerdos que
nos permiten nuestras fotos juntos y que repasamos muy a menudo; y
es indudable esa química especial entre ella y tú. La quiero y me
quiere, nos cuidamos y nos respetamos. Porque somos una pareja
que crece juntos desde el más profundo de los sentimientos: el amor.
Es un ejemplo como madre, como mujer, como esposa, como persona, como
amiga, como hija, como hermana…
Hemos tenido la gran fortuna de que esté a nuestro lado, y para ella es
un honor estar al nuestro, y como todos también te espera.
Los abuelitos, bueno cariño. Bien sabes que el abuelito se hace
mayor, y la enfermedad forma parte desde hace mucho tiempo de su vida, y
evoluciona como tal. Intentamos que viva lo mejor posible,
la abuelita es quién más y mejor le cuida, y no te olvidan ninguno
de los dos. Queremos que ellos también tengan la oportunidad de verte
algún día. Por ganas y espíritu no va a quedar. Te
trasladan todo su amor y afecto. Como lo hacen tus tíos y tu prima. Y
muchos amigos del papá, y tuyos, que preguntan por tí.
Media parte de tu vida emocional está esperando el encuentro, lo sé
cariño. No nos hemos marcado un tiempo para que se produzca. Pero si
tenemos la convicción de que tendremos la oportunidad de
ser felices no solo desde el pensamiento contigo, sino abrazándonos,
tocándonos, viéndonos, escuchándonos, sintiéndonos lo más profundamente
que pueden hacerlo las personas que se quieren.
Aquí te dejo al lado de este escrito una imagen para ti. En la que
tú estás entre nosotros aún sin verte, pero tu presencia emocional es
sentida, y tu nombre recordado cuando nos la hicimos
pensando en tí.
Siempre contigo mi cielo, siempre a tu lado mi amor, siempre a por tu presencia HIJO MÍO. TE amamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario