14/11/17

31. Lo que transciende de tí


Hace dos años de esta imagen, en la que juntos nos abrazamos, y que acompaña ahora mi reflexión sobre ti.
 
Al verla, ¡podría expresar tantos sentimientos que cohabitan en mi corazón!. Haré referencia solo a algunos de ellos, para que cuando leas este escrito de papá, pueda ayudarte a renacer en el amor.

El primer sentimiento que quiero expresar es que me hace recordar tu SONRISA. Una sonrisa perenne mientras compartimos nuestras vivencias juntos, que ha sido lo que más nos ha caracterizado, cientos, miles de sonrisas. Y eso es muy importante hijo mío, porque se trata no tanto de un recuerdo –acertado o errado-, sino de una “realidad vivida”. Una realidad que no solo queda reflejada en cientos de fotografías como ésta, sino especialmente en un lugar ajeno a cualquier tipo de extorsión emocional de quien no supo quererte. Es el Espacio de la libertad del pensamiento y de las emociones, algo que la memoria tiene reservada sin embalaje, sencillamente “puro” y que nada ni nadie podrían distorsionar o eliminar. ¡Han sido tantos los momentos de risa, de diversión, de cariño, de afecto, de ilusión!. Es demasiado poderoso para que derrumben ese “recuerdo en libertad”.
 
El segundo sentimiento es el de la plenitud que sentía a tu lado, y tú del mío, a través del CONTACTO físico entre los dos, y con tu familia. Abrazos, caricias, besos, cercanía física y emocional, que empleábamos para la mayor parte de nuestro tiempo en relación. Una vez, en este mismo espacio que el papá dedica a los recuerdos de tiempos pasados, ya te dije que aún hay veces en las que me acuesto y lo hago con la sensación nítida de tus abrazos. Sin imágenes, sin hechos concretos que recordar, tan solo la sensación del contacto, del calor humano que desprendíamos, y ¡lo echo tanto de menos!. Seguro que esas sensaciones no se disipan fácilmente, aunque haya seres oscuros que lo pretendan. Nuestros abrazos han quedado impregnados en nuestra alma, en nuestro recuerdo infinito del apego más primario, porque ese contacto tan especial estaba hecho de pedacitos de amor, real y vivido, nítido y puro.
 
El tercer sentimiento al que me retrotrae nuestra imagen es el de la COMPRENSIÓN. Y aquí doy un salto en el tiempo para decirte: “sé hijo mío que van a llevarte a decir cosas duras del papá y del tete –de tu hermano mayor Alejandro-, que implican un serio riesgo de acusación para perder nuestra libertad”.  ¡No te asustes cuando hubieras leído este escrito amor mío!; haya pasado lo que tenga que pasar, tú eres I N O C E N T E. Y ahí es donde adquiere mayor sentido el sentimiento de “Comprensión” al que te aludo. Porque entiendo la estrategia que los seres oscuros han construido contigo: sé como te han usado para crear un “historia de agresión” plagada de mentiras para construir su “Verdad”, o mejor dicho, lo que se denomina la POSVERDAD. Por un tiempo, cariño mío, la harán tuya, pero nunca la sentirás como tal, no te preocupes.
 
Sé que te habrán inculcado recuerdos falsos, a través de escenarios prestados, y utilizando la que era tu inocencia, te harán narrar una historia creíble, plausible de ser verídica, consistente e incluso coherente, acerca de que papá y el tete te pegamos. Pero amor mío, el papá te vuelve a insistir ahora y aquí: ¡no te preocupes!. Nadie como tú, en ese lugar de pureza del recuerdo que siempre conservarás, sentirá mejor que esa posverdad que te han obligado a narrar, no se sostiene en relación a tus sentimientos más profundos de amor por el tete y por papá. Y eso hijo mío, es lo que he querido decirte, que comprenderé todo lo que digas, aunque no sea cierto, entenderé todo lo que te hagan actuar, porque nada nos va a causar sorpresa, y sobre todo, porque seguiremos amándonos pase lo que pase.
 
Después de todo lo que te he compartido en este momento, entresacado de mis sentimientos al ver nuestra imagen juntos en el recuerdo, el papá quiere terminar esta reflexión con un cuarto y último sentimiento: el de la OPORTUNIDAD. Y es que el tiempo aunque es un gran tirano, aunque no descansa y no da opciones de retroceso, sin embargo si tenemos una “oportunidad de interpretarlo y vivirlo de una manera muy especial”. Me refiero a la Esperanza en el Futuro que el tiempo presente nos ofrece. Y eso sí que el papá puede y va a prometerte: “nos volveremos a encontrar en un espacio de sinceridad y de verdad”, y tendrás la Libertad de poder revivir lo que siempre sentiste por nosotros: AMOR EN LIBERTAD, sin las coacciones de supuestas, ni de entornos familiares contaminantes, ni jueces u otros elementos ajenos a nuestra relación. Sencillamente tú, con tu sonrisa, con tu decisión, con tu fuerza interior sacada del espacio del recuerdo libre, ese que nunca pudo ser manipulado, ese que siempre será verdadero.
 
 
 
Te quiero por y para siempre amor mio.

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