Se firmó el Pacto de Estado contra la Violencia de Género, y se ha hecho con todas las comunidades autónomas y con todos los partidos con más peso político de este país, especialmente PP, Psoe, Cs, Podemos y los partidos nacionalistas (ver noticia). Solo hay que ver la imagen que adjunto sobre el Pacto para observar que falta de igualdad ya se presume. El documento, que me he tomado la molestia de leer, incorpora 200 medidas específicas para la prevención y tratamiento de la lacra y una partida presupuestaria de 1.000 millones de Euros para impulsar la implantación de las mismas durante los próximos 5 años.
Es
una aberración de pe a pa, las cosas como son. Desde el concepto
equivocado de que es la
"violencia de género" para abajo, todo es un tremendo error. Porque
no es violencia del hombre hacia la mujer, el hombre violento no sale a
la calle a pegarle a CUALQUIER MUJER, le pega a SU
MUJER. O sea, no es violencia hacia las mujeres, no son
intercambiables. Y los motivos son muy complejos.
Establecer una lucha de géneros como si la
premisa de que “existe violencia específica del hombre hacia la
mujer” fuera cierta es aberrante. Y las consecuencias de sostener esta
hipótesis tan nefasta es que la desigualdad ante la ley
inadmisible que subyace en una sociedad que se dice civilizada
resulta ser una amenaza al sistema democrático.
Lo
curioso es que la única forma que tenemos de revertir la situación que
la Ideología de
Género nos plantean es que las propias mujeres sean las abanderadas
de la lucha contra éste tipo de leyes, y que lo hagan junto a TODOS los
hombres unidos, y conseguir desmontar lo que parece que
solo es un chiringuito más para manejar dinero con excusas nobles,
pero infundadas.
Entre
las medidas previstas en el Pacto de Estado están la formación en
centros educativos,
actuaciones sanitarias, suspensión de la custodia compartida -y del
régimen de visitas para los progenitores denunciados y condenados por
violencia de género-, revisión del derecho de dispensa
para declarar, así como la creación de unidades de apoyo y refuerzo
de la seguridad para las víctimas.
Sin
dejar de manifestar que bajo ningún concepto, nunca, nadie debe ser
víctima de maltrato y
por supuesto lanzando el mensaje inequívoco a los maltratadores de
que no tienen cabida en nuestra sociedad, sí me gustaría llamar la
atención sobre algunos puntos más que cuestionables en el
desarrollo del texto legislativo:
- Espero y deseo que la educación y la formación en centros escolares no sirva como excusa
para amparar el adoctrinamiento en ideología de género.
- Lamento que se haya definido de manera indirecta censura para los medios de comunicación
donde se deberá omitir cualquier imagen estereotipada de la mujer.
-
Se introduce el agravante por cuestión de género, pero ojo, sólo en una
dirección. Cuando el
agresor es hombre contra una mujer se agudizan las consecuencias
jurídicas, lo que me lleva a plantearme dónde queda el principio de
igualdad del artículo 14 CE y sobre todo, qué sucede en
aquellos casos en los que la violencia de género se aplica entre
parejas del mismo sexo (que la hay).
-
Se amplía la condición de víctima de violencia de género a mujeres que
todavía no han
denunciado y se abre la puerta a prestaciones idénticas en dicho
caso. Se presume por tanto, como hasta la fecha, que la mera declaración
de una mujer de que está siendo maltratada sirva como
presupuesto único para declarar maltratador (sin juicio previo) a un
presunto que pierde por tanto de entrada la presunción de inocencia y
la capacidad de aportar pruebas para defenderse…
-
Echo de menos que las subvenciones se articulen directamente para su
ingreso a las víctimas
y no a las asociaciones, sindicatos, observatorios, lobbies, etc.
que son sus destinatarios mayoritarios. También que no haya un
endurecimiento de medidas reales sobre las órdenes de alejamiento
(que estamos viendo que a los maltratadores reales les importan un
bledo) los medios para garantizarlas y que no se agraven, por ejemplo,
las penas por maltrato habitual y/o lesiones, que son
francamente sutiles…
-
Pero sobre todo, no entiendo cómo no se contempla en ningún caso la
violencia y el maltrato
contra el hombre, y se persiga de la misma manera la violencia de
mujeres respecto a sus hijos, o a las personas mayores. Ni entenderé
nada que no implique un serio trabajo y respuesta rigurosa
respecto de investigación, penas y sanciones contundentes en los
casos de denuncias falsas.
De
verdad que si el problema es grave, debería centrarse la atención en un
espectro amplio y
no en titulares políticamente correctos. Liquidar garantías
constitucionales, criminalizar como colectivo a un sexo por serlo y
poner en manos de órganos parciales (en lugar de en procesos
judiciales basados en pruebas) no es lo correcto ni resolverá nada.
Discriminar al hombre -a base de recortarle derechos civiles- no tiene nada que ver con proteger a la mujer. Ni con la igualdad. Ni con el progreso. Es socialmente destructivo e inasumible. ¿Cómo explicar que se eliminen por ejemplo los derechos de los padres a los permisos de paternidad en igualdad al de las mujeres con la excusa de que no hay presupuesto para dicha partida económica, y si lo hay para ampliar otras partidas como la del pacto de estado discriminando también al mismo: al hombre? (ver noticia).
Cuando se habla de violencia doméstica (y de género, desde el feminismo) no se puede defender algo condenando siempre a los mismos: a los hombres. A la vista está que cualquiera puede ser víctima o agresor. Y si hay un sector de la población gravemente perjudicado es el de los “Niños”. ¿Cómo puede concebirse que en el pacto se presuman ayudas a los “hijos” maltratados por hombres y de mujeres maltratadas por sus parejas varones, y no haya ningún tipo de ayuda para los “hijos” maltratados por mujeres y de hombres maltratados por sus parejas mujeres?. Los datos son determinantes para señalar esta aberración social: “las cifras de niños maltratados por sus progenitoras es mucho mayor que por sus padres, incluyendo los niños asesinados en el contexto familiar”.
¿Las cifras? si, son superiores estadística y mediáticamente en un sexo que en el otro, porque del otro apenas se sabe o se publica, y lo que es peor, se manipulan las estadísticas. A menudo surge la necesidad, sesgada ideológicamente desde la perspectiva de género, de decir que los hombres asesinados por su pareja son casos excepcionales y prácticamente testimoniales. Basta con que el juzgado decida no tramitar el caso como violencia doméstica, o que lo tramite pero no se ponga en contacto con el CGPJ para que lo añadan, para que el caso acabe fuera de la de todo tipo de estadística (ver noticia). Todo ello no debería ser un motivo para que se discrimine a nadie, sea del sexo que sea, eso sí sería el camino correcto hacia la igualdad.
Estamos viendo como cualquier intento por visibilizar “la cara Oculta de la Violencia”, como lo es la que sufren Hombres Maltratados, es atacado de forma agresiva y violenta por colectivos feministas. Un ejemplo lo constituye lo ocurrido en la emisión del Documental “Silenciados”, que intenta mostrar la Violencia que también sufren los hombres, que tienen sentimientos, viven el dolor del maltrato por parte de mujeres; e independientemente de estadísticas, más o menos manipuladas, es indiscutible que es REAL, y en las imágenes se muestra la realidad de la Violencia contra las Hombres y la existencia de las Denuncias Falsas (ver noticia). ¿Qué se persigue intentando censurar esta realidad, donde participan en la misma censura partidos políticos y agrupaciones feministas?. Esconder la verdad no la elimina, y en algún momento habrá que mostrarla para afrontarla.
Personas pertenecientes a partidos políticos como Podemos, como es Blanca Gómez, Licenciada en Sociología y Trabajadora Social, incluso llama “asesinos y maltratadores” a los participantes en el documental “Silenciados”, cuya única pretensión es mostrar parte de esa Oculta Violencia que también sufren los hombres. ¿Qué daño hace el visibilizar otras realidades de la Violencia a los colectivos feministas a los partidos que las apoyan?. No debería ser incompatible la lucha contra cualquier tipo de violencia, sencillamente no hay razón de ser, salvo que haya otro tipo de intereses económicos y/o políticos que no se muestren a la sociedad.
Por eso, quiero recordar a los cerca de 30 hombres asesinados durante 2017 e ignorados por el
“feminismo”. Igualmente siento un profundo pesar por los niños y niñas asesinados por sus madres, que tristemente son la mayoría.
Una gran pena por los casi
3.000 hombres que se han suicidado en 2017 de los cuales un millar
-1.000- se suicidaron tras sufrir denuncias falsas por maltrato y ser
apartados de sus hijos. Y no nos podemos olvidar, desde el
más hondo pesar, de la muerte de ancianos y ancianas en el ámbito
familiar, de los cuales más de las dos terceras partes fueron asesinados
por sus nueras o/e hijas (ver noticia).
De
verdad creemos, desde una actitud de solucionar el grave problema de la
VIOLENCIA, que nos
deberíamos centrar en la atención a un espectro amplio, de
multicausalidad y educación en Igualdad Efectiva, sin discriminar por
sexo, y sin plantearse solo titulares políticamente correctos al
servicio de la Ideología de Género dominante que no resuelven nada.
Liquidar garantías constitucionales, criminalizar como colectivo a un
sexo por serlo y poner en manos de órganos parciales (en
lugar de en procesos judiciales basados en pruebas) no es lo
correcto ni resolverá nada” (ver noticia).
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