26/5/18

15. La Fé y la Razón se están peleando hijo mío

¡Cuántas circunstancias se previnieron sin estar tu aquí!, ¡cuántas han ocurrido sin tu presencia!. Y cuando ponga en una balanza lo que se previno y lo que ocurrió, no sé que pesará mas en mis sentimientos, porque mi razón no entiende lo que el corazón siente.

Tengo que perdonarme por el pasado, pero no puedo sentir ya tanta preocupación por el presente. ¡Me dueles tanto!. Me pregunto qué tipo de virus moral pueden inocularte para que “aparentemente” muestres esa apatía emocional ante un hermano tan pequeño, tan precioso, al que hace años que no viste. Y sin embargo, aún comprendiéndote, porque estás preparado en resiliencia y represión emocional, no deja de sorprenderme la fuerza del veneno que corre dentro de tí. Tan precioso como eres, y sigues siendo esclavo de tus miedos, de tu conflicto de lealtades.
 
Alguien valorará su triunfo en función de sus prioridades adultas, que sin duda no deberían confundirse con las tuyas, y Dios sabe que anda muy equivocada si cree que me importa a estas alturas de la película. No es mi derrota lo que duele, es la tuya cariño mío, es como te están derrotando a ti como niño, y transformando en un individuo con tantos miedos, inseguridades y falta de personalidad. Están derrotando tu inocencia, tu libertad, tu ser. Y sin embargo eres más infantil que nunca, no te dejan crecer en correspondencia a tu edad. Empiezas a sacar la crueldad heredada del adulto que te educa, muestras ya como te han contagiado su desprecio, y eso ¡créeme! es lo que me duele. Que la persona adulta responsable de envenenar esté satisfecha o contenta, ¡qué más da!. Su alegría es tan efímera que sinceramente no creo siquiera que la disfrute  con nadie, ni consigo misma. Porqueestá entremezclada con maldad, con rencor, con batallas, con guerras sucias e inacabadas, con odio y venganza. Nada bueno puede salir de esa mezcla.
 
Sin embargo tú cada vez eres más consecuencia de tus propias acciones, porque te están creando a su imagen y semejanza. Ya no eres totalmente un robot dependiente, no cielo, no. Ahora ya tienes un margen de responsabilidad personal. Y de esa forma no podrás amar de verdad. Quién no ama  parte de su identidad, no puede amar al mundo que le rodea. Y si hay alguna esperanza en que lo hagas y cambies, solo la Fé tiene la respuesta, porque racionalmente me siento desprovisto de argumentos para sostenerla.
 
Dicho eso, te quiero con toda mi alma, como quiero, quise y querré a tu hermana. A pesar de todo y a pesar de ella misma, a pesar de que no deseo más verla, siempre querré su esencia. Y tú siempre serás parte de mi ser, como lo es ella, sangre de mi sangre, recuerdos de mi memoria vital.  
 
Un beso desde el viento, papá. Te amo.
 
pd: ese chiquito rubio de la foto es tu hermanito, al que hace casi dos años y medio que no te permiten ver, y que hoy, por el veneno que te han inoculado, no has tenido la lógica emoción de mostrar un sentimiento de alegría al pasar casualmente por su lado.

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