Ese
niño que está junto a su padre y junto a su hermano, hace 4 años, ambos
acusados errónea e injustamente de
maltratarle...ahora odia a las mismas personas a las que amaba, a
sus abuelitos, a su hermanito pequeño, a sus tíos, a su prima, y a todo
lo que lleve su mismo apellido paterno. Además de ser el
instrumento de una falsa acusación.
Una psicóloga y un juez han creado el clima de alejamiento de la familia paterna que necesita la
alienadora para que el niño se vaya haciendo autónomo en su
capacidad de odiar, pues haciéndose adolescente ha aprendido a crear
realidades construidas en su mente y dexcontextualizar la verdad,
y en general, todo lo que haya sido amor paterno hacia él...que lo
hubo y a raudales.
A
ese adolescente ya, han conseguido que sus recuerdos infantiles pierdan
los matices del amor y se les añaden fantasías que
nunca sucedieron basadas en la inculcación del odio traspasado por
la alienadora y su contexto familiar de alienación. ¡Que penoso y cierto
a la vez¡
Y creedme, no es nada fácil resolverlo, y la opción de que no pueda solucionarse es muy real. Eso si, siempre amaré su
recuerdo, que es lo que ahora y siempre tendremos, como está marcado a fuego en esta imagen de la fotografía.
Que
Dios, si existe, perdone a la alienadora y sus cómplices llegado el
momento, y que los Jueces en la actualidad mantengan el
legado de Justicia que deben proteger y actúen de acuerdo a sus
convicciones, pruebas y libertad. Suerte a todos ellos les deseo de
verdad porque la suerte está echada.
Te quiero...y nadie podrá evitar que tu recuerdo siempre sea amado en cada presente que me toque vivir.
Papá.
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