Aún
en mi dilatada experiencia en vivir injusticias judiciales, no dejo de
abrir los ojos y
sorprenderme ante el diferente trato que reciben “unAs” y “otrOs”.
En mi caso, llevaba más de 2 años y medio sin ver a mi hijo Xavi tras
una acusación que sufrimos -mi hijo mayor y yo- de
maltrato hacia él. La última vez que nos vimos nos quería a mí y a
toda su familia paterna con pasión.
Tras dos años y medio de periplo judicial, resultamos absueltos de la acusación. Cuando vamos a ver a Xavi e intentar retomar nuestra relación, el niño nos rechaza, e incluso llega a decir que se quitará mi apellido -¿qué sabrá él lo que significa hacerlo con trece años?, algo no estaba bien en su mente y corazón, se la han ensuciado durante este tiempo de desvinculación-.
Pues
en esas circunstancias, y a instancias de la progenitora de mi hijo, se
plantea una vista
oral de jurisdicción voluntaria en la que se solicita suspenderme
las visitas porque mi hijo me rechaza, y alegando documental "ya juzgada
por lo penal" y en la que resulté absuelto. La Juez, de
la localidad de mi ex -cosa que no es el partido judicial que
corresponde por ley-, me cita en menos de 24 horas a través de la
policía -como si le fuera la vida en ello o existiera un peligro-,
y estando enfermo no puedo acudir a la vista. Pero su señoría -quién
ya nos hizo algo idéntico hace unos años cambiando a mi hijo de colegio
en una vista realizada en pleno mes de Agosto a la que
no pudo acudir mi abogado por enfermedad- vuelve a celebrar una
vista sin que se me permita ni defenderme o presentar documental que
rebatiera las infamias que se aportaron por parte contraria, y
dada la situación de indefensión su señoría DECIDE SUSPENDERME LAS
VISITAS.
Es
decir, obtengo una sentencia de absolución que me declara inocente de
maltrato y la
respuesta es de inmediato quitarme la orden de alejamiento que
pesaba, consigo ir a ver a mi hijo resultando estar manipulado de manera
severa y nos rechaza -incluyendo a sus abuelos paternos y
su hermano de 3 años y el resto de su familia-, se hace una vistilla
civil de formas ILEGAL sin tiempo correcto para citarme y sin mi
presencia, y la juez del Juzgado número 3 de ONTENIENTE
decide suspendeme las visitas establecidas por convenio con mi hijo.
¿Igualito como el caso de la noticia verdad donde una Juez retiró la
custodia a un padre porque la relación de los hijos con
la madre estaba deteriorada por el rechazo de los menores hacia
ella?:
En
mi caso, el premio que obtengo por demostrar que mi hijo mayor y yo
somos inocentes de
haber maltratado a mi hijo Xavi, tras una denuncia demencial y una
investigación adulterada y falaz, es que me queden suspendidas las
visitas, y que el menor alienado siga bajo techo del entorno
alienador.
No
lo he apelado. Y os preguntareis ¿porqué?. Porque no voy a conseguir
más que se repitiera
el juicio, y que esa o una nueva juez corporativa –el leal apoyo de
fiscalía- y contaminadas por el prejucio, acompañadas por la tropa
familiar y legal de mi ex, con quienes al parecer se llevan
muy bien -por lo que me he enterado-, intenten humillarme como
hombre, padre y persona. Se trata de la misma Juez y Fiscal que me
condenaron en primera instacia años atrás tres veces por faltas y
que fueron revisadas sus sentencias en Apelación y en las que quedé
en todas ellas absuelto.
Así
que no voy a luchar sus batallas del odio, la discriminación y la
injusticia, a costa de
que mi hijo siga manipulado y no tengan el valor de apartarlo del
entorno que lo aliena. Cuando batalle será para GANAR en ley y justicia.
Un abrazo hijo mío, de papá y de toda tu familia a la que estás rechazando.
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