26/3/19

53. El abuelito está en tu papá, papá está en tí, y por tanto estará en nosotros por siempre


Hola cariño, hola Xavi
 
Como ya sabes el abuelito murió. Pero no desapareció. El sigue en nosotros, en mí y en ti. Porque nuestro ser físico y mental tiene partes, y muy importantes de él.
 
Me gustaría contarte algo muy interesante, que te puede hacer pensar. Se hicieron investigaciones con ratones para ver la importancia de la herencia y el aprendizaje. Podrás creer que todo lo que sabes lo conoces por lo que has aprendido o te han educado. Y no es así amor mío. Gracias a esas investigaciones sabemos que mucho de lo que hacemos, sentimos o somos no lo aprendimos, sino que forma parte del legado de nuestra familia, y en ella está el abuelito, y está el papá. Pues bien, en esa investigación con animales que te comentaba, se pudo comprobar cómo pequeños ratones aprendían el miedo a sonidos al agitar unas campanillas cuando corrían por un laberinto. Fueron tantas veces las que los ratones de la investigación escucharon ese ruido estridente que les producía miedo, que llegó un momento en que solo verlas ya les inducía al pánico. Pero lo curioso no es este aprendizaje del miedo a las campanillas de los ratones, sino que sus herederos, sin haber visto nunca una campanilla ni haber escuchado su ruido, también les tenían miedo al verlas. Es decir, habían heredado no solo aspectos físicos de sus progenitores, sino aspectos mentales y emocionales.


 
Por eso tú cariño mío, no solo tienes parte del físico, o el apellido legal actual, de tu abuelito y del papá (aunque luego decidieras quitártelo desde tu libertad porque de alguna manera lo puedes modificar), sino que tienes parte del pensamiento y de los sentimientos del abuelito y del papá, y de toda la línea sucesoria del Legado de los Abril, y eso no se puede evitar, forma parte de nuestra esencia. Por ello el abuelito, y algún día el papá, cuando desaparezcamos físicamente, perduraremos en ti de forma invisible.
 
Los abuelos y los padres nunca mueren, se vuelven invisibles y duermen para siempre en lo más hondo de nuestro corazón. Dejan huellas en tu alma, legados que te acompañarán de por vida como semillas de amor imperecedero para esos días en que nos volveremos invisibles. Y el abuelito ya lo ha hecho, ha partido a otra esfera espiritual, pero está en ti, desde el mismo momento que abandonó la dimensión física de la vida.
 
El abuelito que sostuvo tus manos y tú las suyas durante un tiempo, en el que podía verte y vivías con él, ahora sostendrá nuestro corazón y espíritu, ahí donde descansará eternamente ofreciéndonos su luz, su recuerdo y su legado.
 
El abuelito no ha muerto,  porque está inscrito en tus emociones, de un modo más delicado y profundo que la simple genética física. Te enseñó a ir un poco más despacio y a su ritmo mientras estuviste con él, y ahora te acompaña en tu propio ser allá donde estés, incluso aunque no los sepas, aunque no lo reconozcas o aunque no lo recuerdes.
 
Todo ello perdurará para siempre, y es ahí donde estés en cada momento donde acontecerá la auténtica eternidad de tu familia, la de tu abuelito en este caso. En su afectuoso legado, porque te amó de verdad, y que honrarás cada día que le recuerdes o incluso, y es lo más importante, en cada día que vivas los sentimientos que de él viven en ti.

 
Te amo cariño, y el abuelito vive en nosotros.

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