Hola cielo. Mi hijo, mi vida:
Hace días que no escribo en esta página de reflexiones sobre ti y
junto a ti en la imaginación. No se si sabrías comprenderlo, incluso si
los que no somos ni tú ni yo lo podrían hacer. Pero
quiero intentar explicártelo.
Hace más de un año que no nos hemos visto, por circunstancias
absolutamente ajenas a los sentimientos que tenemos el uno por el otro. Y
el papá sabe que haces vida cotidiana, y supongo que la
haces con la normalidad que tus condiciones de niño sin padre te
permitan. Sin embargo, me duele demasiado pensarte.
Mi intención en este espacio de la imaginación siempre ha sido y
será hablarte sobre aspectos que te diría si estuvieras conmigo, y sobre
todo de aspectos positivos y reflexiones que nos hagan
crecer como personas. Y en estos días, desde que se cumplió el año
sin verte, no he podido compartir en este espacio esos anhelos, esa idea
de crecer, de aportarte amor en la distancia para que
cuando puedas leerlo sepas lo que papá te hubiese dicho sobre retos y
experiencias positivas.
Y no he podido porque siento, paradójicamente, un dolor que paraliza
haciendo latente mi amor por ti. Paraliza mis deseos de transmitir
reflexiones, opciones de amor hacia tí. Porque pensarte
ahora me bloquea. Vienen a mi las imágenes de tus abrazos, de tus
besos, de tus risas, de tus pequeñas “tonterías” que tan tuyas son. Y me
siento impotente para poder asimilar que ya no estás
aquí. Y nada ni nadie puede sustituirte.
Hay que tener mucha fuerza para, a pesar de ese dolor, extraer
ideas, imaginaciones, pensamientos positivos y expresarlos por escrito. Y
bien sabrás que he tenido esa fuerza, pero ahora cariño
mío, me siento bloqueado respecto a tí. No puedo escribir, porque si
lo hago, escribiría aspectos relacionados con la injusticia, la maldad,
la sinrazón, la negligencia, la corrupción de todo lo
que rodea el hecho de que no nos veamos. Y no, no voy hacerlo. Este
espacio es demasiado hermoso para que esas bajezas ensucien su objetivo.
Por eso, permíteme vivir este tiempo de debilidad para soñarte, este
tiempo de percepción de injusticia, en fin, un tiempo en el que
recordarte me duele porque deseo demasiado estar contigo. Y
tengo que seguir fuerte en la vida diaria, tengo que seguir amando
día a día.
Pero papá te promete que volveré, que la fuerza volverá a
inspirarme. Que estaré a tu lado aún sin poder estar juntos. Que te
pensaré y te recordaré, hasta que por fín lleguemos a poder tocarnos,
olernos, mirarnos, sentirnos. Y si no llegase ese momento, mi
energía continuaría acercándose a tí, por siempre si tú libremente lo
deseas y aceptas.
Perdóname cariño por estos días de Silencio aparente. Pero no
pienses nunca que me olvidé de ti, o que me aparté de tu espacio en la
imaginación. Eso no cariño. Solo es un sentimiento de
protección para poder continuar adelante, viviendo y amando, que al
fin y al cabo es lo único que somos y acabaremos siendo en nuestra
esencia.
Te quiero hijo mío.
No hay comentarios:
Publicar un comentario