Desde esa otra dimensión isondable donde irán las almas buenas, quiero decirte Xavi Abril -aunque ahora te hagas llamar Xavi Espadas-, hijo mio:
"...que
tu abuelito ahora sabe que tú no fuiste el responsable de no haberte
despedido de él.
Fue quien dice ser tu madre la que encima de no educarte para haber
estado con él en su último adiós, ser burló de su muerte cuando se lo
comunicamos para hacértelo saber. Y en un futuro esa
misma mujer -y su entorno familiar- te dirá que elegiste tú solo no venir a despedirte y que hiciste bien, lo cual nunca será cierto por la edad que tenías y tu
necesidad de ser educado".
"Pero
recuerda hijo mio, sino superas esta manipulación que sufres y que
intoxica todos tus
recuerdos reales y de amor respecto a tu familia paterna, tendrás un
vacio interior que te limitará mucho para llegar a ser buena persona.
Papá luchará hasta el límite de lo imposible para que
las secuelas de la enfermedad de odio que sufres sean lo menor
posibles; pero solo tú podrás aprovechar las posibilidades y
oportunidades que te de la vida para ser libre de quienes te manipulan.
Esas oportunidades aparecerán, y ten por seguro que si lo lograses
podrías vivir en paz interior, y una mano tendida para recibirte. Si no
lo consiguieses, siempre arrastrarías un fracaso
interior que te haría mucho más daño del que puedas pensar".
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