24/10/19

60. El Baúl



Hola mi amor,

Hoy papá quiere hablarte de un baúl, donde están guardadas nuestras vivencias, sueños, amores, inquietudes, interpretaciones, esperanzas, alegrías, tristezas, dolores y sufrimiento. El baúl de nuestros recuerdos que al final se configura como nuestra identidad.

Perder la memoria, en cierta forma es perder la esencia racional de lo que somos, perderíamos nuestra identidad personal, única e intransferible -aunque nunca perderíamos nuestra esencia personal, porque queda guardada en un lugar protegido por la energía más íntima de nuestro ser-. Y en ello se incluyen tanto las experiencias positivas como negativas, ambas nos han ayudado a construirnos como somos.
Bien recordarás, aunque actualmente pases por un bloqueo extremo de alienación por el contexto materno, que papá y toda tu familia paterna estuvimos en todos los momentos más importantes de tu vida hasta que tuviste algo más de 10 años. Estuvimos contigo para que aprendieras las prinpales pautas de supervivencia, de afrontar un mundo externo que resulta extraño para la infancia, almas puras que deben aprender a andar por lugares manchados de suciedad y crueldad moral, pero también de alegrías e instantes enérgicos de felicidad. 



Papá ha dormido contigo cada noche, en nuestra cueva de los sueños mágicos, donde toda tu imaginación era posible. Hemos ido juntos al colegio y te he recogido siempre con un fuerte abrazo. Hemos jugado a fútbol, baloncesto, natación, tenis, padel, y los juegos propios de niños donde papá y el tete éramos uno más: las canicas, las cartas de los pokemon, las trompas, juegos de playa o en el monte, el escondite con otros niños, disfrazarnos, celebrar momentos maravillosos de cumpleaños, navidad, fin de año, y reyes. Te acordarás de nuestra caracola mágica cuando venían los reyes magos, que siempre te traía los mejores regalos escogidos desde tus sueños y esperanzas. 

Y el tete junto a papá y contigo en cada momento, y Kate junto a tu hermanito Yuri al quien llegaste a conocer y tenerle entren tus brazos. ¡Como no recordar a la abuelita y el abuelito -que ya sabes que está en el cielo-! en sus funciones de amarte y darte todas tus necesidades con amor, así como a tus primos, tios y amigos a tu lado. No olvidarás, por supuesto el amor que sentiste por el colegio donde empezaste y del que nunca te hubieses querido separar, los Maristas de Algemesí. Nuestros viajes y aventuras, nuestras estancias en Xeraco playa, en nuestra piscina. Nuestras caminatas por la montaña para alcanzar nuestros retos y misterios. Hacer prácticas de puntería. Ir al cine cuando queríamos para ver cualquier película que te gustaba, y así papá guarda cada una de ellas en forma de fotografía donde tú, el tete y el papá estábamos juntos, incorporándose en los últimos años Kate. Y ¡como no! jugar con nuestra perrita Nika, que ya partió a otra dimensión junto a su hermanita Kelly.

Y ¡cuantas sorpresas me dabas!, en el día del papá siempre venías con un regalito, que papá guarda como oro en paño. Y a la vez todos nos acordamos de ti cada día, incluido aquel pequeño bebé que era Yuri cuando nos separaron; ahora ya casi cumple 4 años. Kate intentó que lo vieses -como algún día comprenderás, no tiene culpa de nada-, y la Alienadora impidió que tengas contacto con tu hermano. Pero de verdad, algún día te buscará y verás que maravilla de hermano pequeño tienes.

Los momentos de sonrisas, alegrías, bromas, felicidad, entusiasmo, esperanza, sorpresas...¡¡fueron tantos!!. Y por supuesto que con tu corta edad tuviste malas experiencias, enfados, tristezas, situaciones duras que tuviste que ver. No debería estar la historia de tus recuerdos sesgada por quienes han controlado tus emociones durante los últimos cuatro años que no nos relacionamos, de forma que te hiciesen que no recordases instantes duros como cuando nos persiguieron tu madre y el abuelo materno a pedradas, nos rompieron los llaveros del coche y nos robaron; y otros muchos en los que viste instantes no agradables. Como también hubo pequeños desencuentros con tu familia paterna, y yo, como todo padre con su hijo, usé la disciplina a la hora de hacer los deberes, de explicarte situaciones en que tu comportamiento no era el más adecuado, y en definitiva que aprendieses unos valores y actitudes ante la vida que te ayudasen a formarse como un ser humano maravilloso. 

Con esto quiero decirte que la vida, y por lo tanto nuestros recuerdos, comportan instantes valorados o interpretados de manera más o menos positiva, y de todos ellos has debido aprender. Sabes que papá, sobre aquellos hechos que nos acusan y que tu sucumbiste a cambiar de versión, al igual que el tete, nunca te pegamos, nunca fuimos a agredirte, lo sabes bien y espero que tengamos tiempo y oportunidad de confirmar los verdaderos recuerdos de lo que realmente te pasó, y no manipulen tus emociones y te inoculen recuerdos falsos como premeditadamente ha hecho el contexto materno. De hecho era tu deseo vivir con papá para que mamá no siguiese utilizándote como moneda de cambio en su cruzada contra papá. No quiero ahora convencerte de lo que en este momento no sientes, tu mente tiene innumerables interferencias, pero si deseo que no pierdas tu identidad y que sepas encajar en el baúl de tus recuerdos el mayor número de instantes positivos posible, y el aprendizaje en positivo de las situaciones negativas que viviste. Y sobre todo que lo hagas con honestidad hacia los demás, integridad hacia ti mismo y libertad

Papá, como siempre te dice, colaborará auque sea desde la distancia física, pero con toda la cercanía espiritual de la que soy capaz, para que puedas recomponer tu identidad personal desde la verdad, y que puedas sacar a la luz de tu consciencia la realidad vivida  de un baúl de recuerdos y sueños acorde con tu personalidad, con tu esencia más íntima que nadie debería borrarte.

Te amo hijo mío, y formas parte de mi baúl de los recuerdos y de los sueños futuros, como yo, y tu familia paterna, formamos parte del tuyo. Conectamos en algún lugar de tu mente y de tu alma en los momentos vividos, intensamente de amor, con mayoría de alegrías y mínimas tristezas, que te ayudaron a ser único. Y solo queremos para tí que resurja como un Ave Fénix esa persona de la que solo tú eres dueño y señor; TÚ IDENTIDAD.

Hasta pronto amor, muy pronto, porque cada segundo de tu vida papá piensa en tí, y te ama.


Papá.

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