36. La Justicia Criminal española le retira a un padre la custodia e ingresa en un centro de menores a sus hijos para obligarles a querer ver a su madre "maltratadora"

La jueza retira la custodia de dos menores a un padre que denunció por malos tratos a la familia materna. Y entiende que los niños deben de querer estar con la madre por obligación, aún teniendo un miedo atroz a la progenitora por maltratarles. Más aún, para hacer ello factible el régimen de visitas del progenitor se suspende hasta que los niños recuperen el trato con la madre y se normalice la relación.

El padre de dos niños de 11 y 8 años, que en los últimos meses presentó varias denuncias por supuestos malos tratos a los menores producidos por la madre y dos personas de su entorno familiar, ha sido privado de la guarda y custodia de sus hijos. No es el único revés que le ha traído un auto del Juzgado de Instrucción , pues, aunque compartida la patria potestad, «el ejercicio exclusivo se atribuye a la madre en tanto no se normalice el desarrollo del régimen de visitas». Interrumpe la jueza el régimen de visitas, que solo se restablecerá cuando el Equipo Psicosocial considere que el contacto de los menores con la madre se ha normalizado. En otras palabras, que se obligue a los menores a querer estar con la madre, a pesar que relatan por activa y por pasiva que les han maltratado.

Después de demostrar con pruebas, testimonios y periciales profesionales los episodios de maltrato vividos por dos Niños menores de 12 años, el juzgado, amparándose en una entrevista de unos 40 minutos, de tipo valorativo y sin pruebas científicas por parte de técnicos no colegiados de los Servicios Sociales, decide ingresar a los menores en un Centro de Acogida hasta que acepten querer ver y estar con la madre.

 Y todo porque el padre denunció a la madre por malos tratos. Pero en este país las "madres" son intocables, y luego pasan casos como los de El Ejido, donde el padre del niño asesinado por su progenitora había denunciado en innumerables ocasiones a la madre maltratadora y no le hacían caso ni la policía, ni servicios sociales, ni los juzgados a los que acudía, y por ello la madre seguía teniendo la custodia a pesar de que el niño clamaba por ir con su padre.