22/11/19

41. Casos paralelos





El padre, cuya historia muestro a continuación en la noticia que adjunto en el enlace, está siendo vilipendiado por una mujer maltratadora, pero sobre todo por unos servicios sociales, psicólogos y centros de menores al servicio de dicha maltratadora que actúa con impunidad ante la justicia.

Me gustaría poder hablar con ese buen padre que lucha por sus hijos, porque empatizo con él, ya que es idéntico a la vivencia que tuve con mi hijo alejado Xavi. Mi hijo fue encerrado en un Centro de Menores porque decía que su madre le había maltratado, y el juzgado, en cooperación necesaria de un falso informe realizado por los Servicios Sociales de la localidad de mi expareja, no quisieron admitir que la progenitora que me había puesto tantas denuncias -aunque fuesen todas sobreseídas, archivadas o absolución- estuviese siendo rechazada por su hijo por sentirse de verdad maltratado por ella. 

Porque, sí, aunque a veces cueste creerlo para quienes no viven estas experiencias, la ideología y los prejuicios pesan mucho en nuestros tribunales de justicia, centros y servicios sociales, y siempre con un sesgo favorable hacia la mujer y progenitoras. ¿Si un hijo rechazase ir con su padre porque verbaliza que le maltrata y hay indicios de lesiones que lo avalan, creen que la policía no hubiese detenido a ese padre alejándolo de inmediato de su hijo? creo que la respuesta es obvia. 

En mi caso, siendo la madre la señalada por el niño sobre el maltrato, ni la detuvieron, pero es que además fué el niño el tratado como un delincuento, y con 10 años, al amparo de un informe de Servicios Sociales a todas luces falso que proponía que se ingresase al menor en en Centro de Menores -y digo falso porque el informe decía por un lado que su familia paterna estaba implicada en el conflicto, cuando ni siquiera la conocían, y por otro lado que su padre invisibilizaba al menor, cuando sencillamente y en la realidad  el niño estaba en casa de papá curándose las lesiones que sufría avalado por un parte médico de reposo, y todo ello comuicado al colegio, sabedor de las faltas de asistencia por dicho reposo-. Sin embargo, ignorando la realidad, llevaron al menor para encerrarle en un Centro de Menores, y dejando impune a la madre, quién por ciento estuvo de acuerdo con que el niño fuese ingresado en dicho centro.

Tengo que deciros en este sentido que antes de que Xavi fuese ingresado en el Centro de Menores me tuvieron que arrancar a mi hijo a la fuerza mientras se cogía fuertemente a mis piernas, con la actuación de la Guardia Civil sin empatía alguna al emplear la fuerza con el niño en el Juzgado, y en presencia del despiadado juez que dictó el auto de ingreso del menor en el centro, y con la deplorable participación de una de las psicólogas de Servicios Sociales de la localidad de Onteniente -donde reside mi hijo con su progenitora-.

Cuando el niño fue introducido a la fuerza en el coche, y mientras se dirigían para internarle en el centro de menores de Alboraya, mi hijo se autoagredía y gritaba querer estar con su papá, pero la decisión judicial era férrea y ya estaba tomada. Todo ello lo he ido narrando ya en capítulos anteriores de este apartado de la web llamado Oculta Verdad.

Me gustaría contactar con ese padre de la noticia a la que hice referencia al inicio del artículo para decirle que en ese tipo de Centros de Menores hay "perversos Psicólogos" que resultan ser unos especialistas en hacer cambiar la versión de un niño, no sólo para que acepten ir con su madre, sino incluso para cambiar la realidad de los hechos y culpar al padre, como ocurrió en mi caso; todo lo cual narraré en un capítulo posterior de una manera mucho más concreta al hablar del Psicólogo del Centro en el que encerraron a mi hijo. 

Para más inri culparon también de ese posible maltrato de mi hijo Xavi a mi hijo mayor -fruto de otra relación- y hermano de Xavi, para hacer prevalecer punto por punto la versión de la madre, y hacerme el máximo daño posible a través de mi otro hijo, al que nunca quiso por no haber salido de sus entrañas. Aquí lo peor fue la actuación de la madre biológica de mi hijo mayor, que sabiendo de su inocencia porque él mismo le contó la realidad, no hizo nada por ayudarle. Ni las ratas son así de perversas con su prole.

Me gustaría decirle también a ese padre de la noticia, del que me siento tan cerca de su historia personal, que intente sacar a sus hijos lo antes posible de esos Centros de Corrupción de Menores para que no le quede como última opción el recurso a denunciar a esos Psicólogos perversos, pero sin embargo haberles perdido, porque allí los manipulan y luego los dejan en manos de la progenitora maltratadora, quien ya se encarga de alienarles y separarles definitivamente del padre.

Detallo a continuación brevemente el caso del padre cuya vivencia es tan similar a la mía. En este caso, a pesar de tratarse de denuncias falsas de una progenitora -ninguna de ellas resultaría en condena-, sin embargo si logran que se ingrese a los hijos en un Centro de Menores, a pesar de que los niños acusaban a su madre de haberles maltratado, y  por otro lado logran que el padre pasase a ser el sospechoso de maltrato siendo inocente.

Actualmente los dos hijos de este padre siguen aislados e incomunicados en un Centro de Menores hasta que no accedan a ir con su madre, algo que no quieren los propios niños por sentirse maltratados por ella. Es decir, la Juez pretende tenerles encerrados en el Centro hasta que acepten a su madre por “imperativo legal”.


En mi caso personal, y como consecuencia de las denuncias de falsos malos tratos que interpone mi la madre de mi hijo Xavi contra mí, en vez de llevarse el procedimiento de “modificación de medidas en relación a la Custodia de mi hijo” en un Juzgado de Familia -mi expareja solicitaba que me quitasen las visitas y la patria potestad, y yo pedía la Custodia Compartida- que es donde se debería llevar, la progeniotora montada a caballo de la Ley Integral de Violencia de Género logra que se acumulen todas las denuncias falsas que me interpuso y se traslade la instrucción civil de la modificación de medidas a un Juzgado de Violencia de Género -Juzgado número 3 de Onteniente-, donde desde el primer segundo mi hijo pasa de ser víctima a ser ignorado, y yo paso de ser denunciante a denunciado y posible maltratador -y todo ello a pesar de que el conjunto de los procedimientos penales serían sobreseídos, archivados o absuelto; pero el daño ya estaría hecho-.

Desde que el procedimiento civil estuvo en manos del Juzgado de Violencia de Género -juzgado de Instrucción 3 de Onteniente- la magistrada titular toma resoluciones siempre amparando las pretensiones de la madre de mi hijo, de modo que el procedimiento se alarga de una forma muy extendida en el tiempo, y en mi opinión de forma innecesaria por dilación indebida. 

De hecho, a principios del año 2016, y cuando ya estaba a punto de celebrarse el procedimiento de modificación de medidas por la custodia de mi hijo, ya habían transcurrido de una forma innecesaria más de 2 años desde que se inició la instrucción del procedimiento. Pero justo en ese momento, cuando quedaban breves fechas para la celebración de la vista oral del procedimiento civil, ocurrieron los  hechos funestos de un posible maltrato a mi hijo. Aunque inicialmente era la madre la causante de dicho maltrato, porque así lo dijo el menor en todas las instancias médicas y judiciales, sin embargo a los 2 meses, y ya estando el niño encerrado en el Centro de Menores de Alboraia, la policía y el psicólogo del centro tuvieron una entrevista con el menor – sin ser grabada, ni controlando la situación, con coacción al menor,y sin disponer de las medidas adecuadas parea su interrogatorio-. En este interrogatorio consiguieron que mi hijo cambiase su versión, después dos meses manteniendo que era su madre la responsable del maltrato a mi hijo, pasando de una forma inesperada e incomprensible a inculparnos a su hermano mayor y a mí de los hechos. Lo que si está claro que el niño quería salir como fuese de ese centro en el que estaba encerrado y separado de todo o que conocía y quería. Esta situación significó la separación temporal de mi hijo durante un periodo que duraría 3 años mientras estuve como investigado en el supuesto maltrato, e interponiéndoseme una orden de alejamiento hacia él. Todo un perfecto caldo de cultivo para que la madre empezase con su estrategia de alienación y lavado de cerebro de mi hijo.

Como dije pasaron 3 años hasta que se celebró el juicio penal donde quedamos absueltos de la acusación de maltrato a mi hijo Xavi -tanto mi hijo mayor como yo-. Una absolución que debería haber significado una alegría por hacerse justicia, sin embargo supuso que mientras se concluyó con la sentencia de INOCENCIA, durante esos tres años mi hijo Xavi estuvo en manos de la madre y su contexto familiar, y estos lograron a través de la via de lamanipulación que el niño sufriese una alienación severa de su padre y de toda su familia paterna. Y en esa alienación se incluyen los abuelitos -incluso ya falleció el abuelo paterno si poder ver a su nieto-, un pequeño e inocente hermano de 3 años al que no quiere ver, como tampoco a su hermano mayor, tíos, amigos y en general un rechazo hacia todo el entorno que supuso la mitad de su identidad personal. 

A partir de la absolución por maltrato, otra vez el procedimiento civil de modificación de medidas por la Custodia se volvía a activar y quedaba nuevamente en manos del Juzgado número 3 de Onteniente de Violencia de Género.

La magistrada titular del Juzgado de Violencia de Género, desde entonces, solo ha hecho que suspenderme las visitas sin ningún otro criterio que la petición de la otra parte aludiendo a que el niño me rechazaba -porque no tuvo ni la dignidad ni la profesionalidad de escucharme en la vista que se celebró, a la que no pude acudir por enfermedad justificada médicament, y aún así celebró la vista sin mi presencia y sin poder presentar las pruebas pertinentes-. Además y por otro lado, la magistrada ha continuado retrasando el juicio de modificación de medidas, donde después de un año tras la finalización del juicio penal, no tenemos para el procedimiento civil ni psicólogos peritos, ni existe intención de intervenir por parte de Servicios Sociales -alineados con la progenitora desde un inicio-, ni tan siquiera contamos con la intervención del punto de encuentro para conseguir que se reinicie la relación entre hijo y padre, por la negativa de menor a ver a su padre, inducido por su madre y contexto familiar alienador para que así sea. 

Y en estas condiciones la juez encargada del caso, ya lleva un año contemporizando con la situación judicial, e impidiendo que un hijo y un padre, así como con el resto de su familia paterna puedan tener un vínculo y una relacion normal y necesaria para el desarrollo de un menor. Es decir, amparando las intenciones de alienación de la progenitora.

En artículos posteriores iré clarificando de forma específica cada una de las situaciones que estamos viviendo en este momento, que suponen estar demandando judicialmente a todos los actores e instituciones sociales implicadas en el origen del alejamiento de mi hijo, y esperar con una infinita paciencia a ver si la Juez tiene el mínimo coraje legal y humano para promover lo que debería ser obligación del juzgado: “la necesidad de vinculación de un menor, actualmente de 14 años, con su padre y su familia paterna”. Si no lo hace, tenga por segura su señoría, y lo digo con el máximo respeto a la función que realiza esta señora, que amparado en mis derechos y obligaciones como padre, estudiaremos emprender las acciones legales que estén a nuestro alcance contra la actuación de dicha magistrada.



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