17/12/19

44. Encerrona a un padre para arrebatarle a su hijo entre el Juzgado de Instrucción, Servicios Sociales y la progenitora



En este artículo del blog relato la encerrona planificada que sufrí por parte de los Servicios Sociales de Onteniente en connivencia con mi ex pareja para arrebatarme al hijo que tenemos en común y encerrarle en un Centro de Menores.

Desde aquél día que me lo arrancaron a la fuerza entre mis piernas en la puerta del Juzgado de Instrucción número 1 de Onteniente, cuyo titular por aquél entonces era el sr. Manuel Capilla, nunca más he sabido de él, y han pasado casi 4 años.

Es por ello que entiendo perfectamente a los hombres a quién los Servicios Sociales quieren quitarle a sus hijos en base a un informe nada fundamentado y absurdo


En mi vivencia personal, cuando la progenitora estaba rodeada como una MALTRATADORA debido a todas las declaraciones que su hijo había realizado acusándole de maltrato en varios centros de salud donde se revisaron las lesiones de menor, ésta usó una estrategia extrajudicial que le sirvió para no ser acusada por la justicia.

Preparó junto a los Servicios Sociales de su localidad de Onteneilnte un informe lleno de falsedades para que ingresaran al niño en un Centro de Menores, de forma que allí pudiesen hacerle cambiar de opinión sobre quién era la persona que le AGREDIÓ, hacia una versión que se adaptara a la que mantenía la madre, y que conseguirían con el paso del tiempo en el centro.

Acumularon para conseguir sus objetivos una serie de hipótesis nada fundamentadas redactadas en un informe falso de Servicios Sociales.

De hecho se basaron en la existencia de un conflicto artificial entre las partes, justificando el mismo por las decenas de denuncias "archivadas, sobreseidas o con sentencia absolutoria" que la progenitora querulante había realizado sobre el padre del menor en los últimos 5 años.

Para ello obtuvieron la colaboración de Policías corruptos, que introdujeron en su informe falsedades tan fuertes como decir que existían informes de neuropedriatras que aseguraban que el niño era maltratado por su padre; informes que sencillamente no existían, al igual que incluyeron otras valoraciones médicas y psicológicas totalmente falsas.

Además los Servicios Sociales de la localidad de la madre -y en connivencia con ella-, en Onteniente (Valencia), en los razonamientos de su informe para justificar el hecho de encerrar al niño en un Centro de Menores, introdujeron 2 elementos falaces:



1. Una supuesta INVISIBILIDAD del menor por parte del padre:

Así, dijeron falsamente que desde que se produjo la agresión al menor que incialmente culpaba a la madre (tres días habrían pasado desde los supuestos hechos) el padre ocultó a su hijo y no lo llevó al colegio. Y por otro lado también dijeron que el padre no permitió la presencia de los Servicios Sociales de su localidad -Algemesí (Valencia)- para ver al menor. Ambos aspectos son FALSOS. Demostrable con la lista de llamadas y emails realizados a la dirección del colegio explicándoles que el niño estaba en reposo domiciliario por prescripción médica para sanar de las lesiones que dijo que le había causado su madre. Y por otro lado SI vinieron los Servicios Sociales de la localidad del padre (Algemesi) cuando ellos dijeron, y vieron sin problemas al niño.



2. Que la FAMILIA EXTENSA del PADRE estaba IMPLICADA en el CONFLICTO, diciendo en el juzgado de instrucción que la conocían, y no podían cuidar del menor:

Una nueva falsedad, porque los Servicios Sociales de la localidad de la madre (Onteniente) nunca hablaron, ni conocían, ni tenían en su expediente ninguna información directa aportada por el padre y su familia extensa, sencillamente porque dichos servicios, por protocolo, no entrevistan a personas de otras localidades, como es el caso de la familia extensa del padre que viven en la localidad de Algemesi (provincia de Valencia). Pero es que además ni siquiera los Servicios Sociales de Algemesí habían hablado nunca con la familia paterna.

Con ese informe, redactado literalmente AD HOC de la noche a la mañana, se hizo al día siguiente una vista oral en el juzgado de instrucción número 1 que llevaba la investigación del supuesto maltrato al menor, donde sólo escucharon a la MADRE -diciendo barbaridades del PADRE, entre ellas que era un maltratador de personas-, en las que dicha supuesta progenitora proponía su hipótesis de que los autores del supuesto maltrato habían sido el padre y otra persona quienes acudieron por la mañana al colegio del menor, y le pegaron allí en las cercanías para culparla a ella. Teniendo en cuenta que el padre vive a 60 km de donde vivía la madre con el niño y donde estaba el colegio, creer la versión de la madre era una aventura como mínimo rocambolesca. Y más cuando el padre tenía testigos objetivos y pruebas irrefutables de donde se encontraba esa mañana, como luego se constataría en el juicio penal que absolvería al padre y al hermano mayor del menor de todas las falsas acusaciones de maltrato al niño.

Pero antes del juicio penal definitivo, donde se haría justicia de verdad con los inocentes, el perverso juez de instrucción sr. Manuel Capilla tomó la decisión de encerrar al niño en un Centro de Menores BASÁNDOSE en el INFORME FALSO DE SERVICIOS SOCIALES, en connivencia con la madre y declaraciones de sus cómplices sobre denuncias contra el padre ya archivadas pero que aún constaban en los Antecedentes de Denuncias que guarda la Policía, sin ninguna sentencia condenatoria. El “prejuicio con el padre del menor” conseguía hacer su trabajo.

Tras la vista oral nos quitaron al niño de nuestras piernas llorando y gritando. Lo hicieron en el juzgado de instrucción 1 donde se suponía que iban a escuchar al menor. Pero no lo hicieron, nunca se le escuchó al niño directamente: ni el juez, ni siquiera se entrevistaron con él directamente desde los Servicios Sociales. Y aunque en los dos hospitales a los que acudió el menor, primero con la directora del colegio y después con su padre, donde el niño relato todo lo que le hizo la madre, no le hicieron caso a esos informes. Había que creer Si o Si a la "pobre" madre, que por cierto nunca fue detenida.

Se llevaron a la fuerza al niño, con la intervención de la Guardia Civil del juzgado de instrucción 1 de Onteniente, que en aquellos tiempos como he dicho era su titular el ínclito juez Manuel Capilla, del que nunca nos olvidaremos, aunque se haya marchado a otro juzgado.

Una vez trasladaron al niño al Centro de Menores comenzaría una historia de alienación por parte del psicólogo y la dirección de ese centro, que consiguieron que el niño cambiara de versión (de culpar a la madre inicialmente a culpar al padre y su hermano mayor), después de 2 meses de manipulaciones y amenazas en las que al niño se le vendría a decir que de allí no saldría sino decía "la verdad que ellos sostenían", y que curiosamente era la que declaró la madre.


Pero en este punto empieza otra historia de lo ocurrido en el Centro de Menores que contaré más adelante en un nuevo post.



La historia sigue...



2 comentarios:

  1. Supongo que a estas alturas ya contaras6con un buen abogado para presentar una contra demanda, solicitar visitas a tu hijo e iniciar una causa penal contra los que han falsificado esos informes

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    1. Hola Lidi. No se puede presentar una contrademanda, ni solicitar las visitas, porque salimos absueltos y no hay nada que me debiera impedir ver a mi hijo. Pero la juez de violencia de género, que es una cómplice de este brutal trama, nos dió un punto de encuentro ante la negativa del menor a verme y cuando aún no había sentencia firme, lo cual valdría hasta que la modificacion de medidas se resolviese. El niño ahora tiene 14 años, y con indicaciones de la progenitora, hace saber que si el no quiere verme no lo hará, y se ha negado a entrar a verme en el punto de encuentro. Por lo tanto sigue la modificación de medidas su curso, con una lentitud tremenda con las estrategias legales tanto por parte de la abogada de la madre como por parte de la juez. Mientras tanto el tiempo pasa.

      Respecto a las falsedades de servicios sociales, lo que haré, y así con cada uno de los implicados en esta trama, es llevarlos al juzgado, y allí ver como resulta todo. Pero el daño de estos cuatro años sin ver a mis hijos ya no me lo devuelve nadie; y con la edad que tiene, hasta que de alguna forma no lleguemos a él y se de cuenta del gravísimo estado de manipulación en que se encuentra, tampoco hay más que hacer.

      Un abrazo.

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