6/12/20

82. Los vividores del Feminismo ocultan las razones de la Violencia

 


En medio de un constante e inusitado esfuerzo para encontrar cualquier diferencia entre hombres y mujeres que pueda presentarse como una ofensa y una evidencia de la opresión masculina, resulta llamativo lo poco que se habla del hecho de que el 95% de los muertos en accidente laboral son opresores masculinos, vulgo hombres.

Según los datos del Ministerio de Trabajo, el año pasado el 95% de las personas muertas en accidente laboral durante su trabajo fueron hombres. Hablamos además de 482 fallecimientos, unas 10 veces más que las mujeres muertas por violencia de género.

Pero no hemos escuchado nunca decir a un Gobierno, y especialmente el actuar, que hay que proceder a un análisis de la “BRECHA DE SINIESTRALIDAD” en contra del hombre tan alarmante en esta casuística, del 95% entre los hombres y el 5% entre las mujeres.

 

Ver artículo 1: El 95% de los muertos en accidente laboral son hombres

Cuando unas cifras de siniestralidad son altas, por ejemplo, imaginemos que hay 500 muertos anuales en accidentes laborales, lo primero que se hace es estudiar las causas, caso por caso, para tratar de descubrir las razones de tan alto índice de muertes, y tratar de solventarlas. Como hemos dicho antes, sin centrarse en el sexo de las personas, aunque exista una “brecha de siniestralidad” en contra del hombre.

Lo normal sería descubrir que hay maquinaria o instrumentos de trabajo con defectos, puntos negros de accidentes por causas diversas, muertes por no utilizar las medidas de seguridad, por trabajar bajo los efectos del alcohol o drogas. Y con un estudio detenido ir poniendo en marcha todas las acciones necesarias para eliminar esas causas de la siniestralidad.

Con nuevas maquinarias, campañas de concienciación de prevención, multas disuasorias a las empresas que no tengan todos los recursos de protección, etc,… el índice de muertes laborales bajaría mucho y de forma más eficaz.

Sin embargo, cualquier persona sensata sabe que, a partir de un punto, bajar la siniestrabilidad laboral es prácticamente imposible: no hay ley, ni obra pública o privada que evite que un trabajador se duerma, que sufra un despiste, que cometa un error, que le dé un infarto o que beba alcohol y decida trabajar. Sería la llamada Tasa de inevitabilidad. En una población de 46.000.000 de personas, la casuística es infinita. Y el azar, o la mala suerte, hará que haya años que las cifras suban, o bajen. Pero si se llega a esa tasa de inevitabilidad, al cabo de muchos años se podrá comprobar que las medias parciales y la total son prácticamente iguales.

Ojalá estuvieran lo más cerca del cero que fuera posible.

En un estudio francés, sobre la casuística de muertes de mujeres a manos de sus parejas, y tras analizar las causas del homicidio, la inmensa mayoría se explicaban por consumo de drogas y alcohol, peleas, enfermedades mentales del agresor, sentimientos de desprotección del agresor por el Estado en la tenencia de los hijos y su propio mantemiento. Solo un pequeño porcentaje presentaba otras causas. En más de un tercio de los casos, el homicida se suicida o lo intenta, cifras estas últimas, coincidentes con los casos en España, lo que evidencia un estado de desesperación o locura transitoria del agresor.

En el caso de la muerte de mujeres a manos de sus parejas en España, lo primero que sorprende es que la causa se determine a priori: el patriarcado, esa situación de opresión en que la sociedad coloca a la mujer por la cual, el varón cree que es su posesión y, como dueño absoluto, decide matarla.

Semejante “detección de causas”, acientífica e ideológica, sería como si los Institutos de Seguridad y Salud en el Trabajo decidiera, a priori, que todos los accidentes laborales son producidos por la idiotez congénita de los hombres y sacaran una ley en la que los trabajadores ”sospechosos” de saltarse una norma fueran tratados como los que han provocado un accidente mortal. Y encarcelados para que no se causen accidentes. Y, naturalmente, ni un arreglo de las condiciones laborales y ni en la protección se tendrían en cuenta. Con semejante despropósito, las cifras de siniestrabilidad no bajarían jamás.

¿Será que hay quién no quiere que bajen las cifras de mujeres muertas?

Aquí en España, tenemos una de las tasas más bajas de Europa de uxoricidios (asesinato de una mujer a manos de su marido) pese a que nos la presentan como algo desproporcionado. No pasamos de la tasa de 2 por millón de habitantes, lo que nos sitúa solo por encima de Andorra, Mónaco, en tanto que Austria tiene una tasa de 9 por millón y Finlandia de 10 por millón ¿a que no lo sabían?.

Antes de la famosa y vergonzante LIVG (Ley Integral de Violencia de Género), la tasa de uxoricidios era una media de 49 en una población de 22.000.000 de mujeres, probablemente tan cerca de la tasa de inevitabilidad que, aunque se hicieran grandes esfuerzos, quizá fuera complicado bajarla por simple imposibilidad de controlar imponderables. Aún así, habría que hacer el esfuerzo. Pero un esfuerzo de verdad. No lo que se hace aquí.

Tras la LIVG, la tasa subió a 60 de media anual, situándose durante muchos años entre 50 y 60 muertes. Y subió, probablemente, y según dicen los abogados, por venganzas de hombres desesperados tras ser despojados de casa, hijos trabajo y dignidad. Las vividoras del género lo saben. La sangre de esas desdichadas les da derecho a exigir más fondos. Que no les toquen una ley tan útil.

Es interesante comentar este ejemplo clarificador:

No se trata de justificar ninguna muerte, pero los privilegios de las mujeres a la hora de disponer de la Custodia de sus hijos impidiendo a los padres verles, así como una Ley de Violencia de Género que discrimina los problemas que sufre el hombre, no ayudan a prevenir la violencia, sino que lo incrementan. Y algo pasó por la cabeza de Jose Luís, que hizo que matase a su expareja, una hermana de la misma y la suegra.

 

Ver artículo 2: El asesinato de tres mujeres por un padre

El hijo mayor del acusado Jose Luís nunca vio a su padre maltratar a nadie. La hermana de José Luis ha recordado también que su hermano pasaba por un mal momento personal. "Hace ochos meses nos llamó y nos dijo que estaba viviendo en el coche debajo de un puente". También esgrimen que Sandra, la mujer asesinada, ponía problemas para ver a los niños.

 


Ver video 1: Habla la familia de Jose Luís, el asesino de las tres mujeres, y vemos los videos que dejó Jose Luís antes del asesinato

La madre de José Luis va más allá y asegura que los hijos del detenido querían vivir con él que la decían ""abuelita, yo quiero vivir con vosotros", y también ha denunciado que Sandra solo se los dejaba ver a su hijo los sábados. Reconoce que su hijo ha cometido "un daño muy grande", aunque "no se merece estar donde está".

En el video 1, podemos ver que al final el propio Jose Luis, antes del triple crimen se grabó en video y habló que no podía soportar que la expareja y su suegra, no le permitiesen ver a sus hijos pequeños. Después de grabar esos videos, Jose Luís mató a su expareja. Y nada justifica esa muerte, aunque sin duda ese bloqueo de la vida de Jose Luís, viviendo debajo de un puente tras la separación y sin poder ver a sus hijos, le llevó a un estado mental de desesperación, que no tiene porque significar “machismo”.

Cómo la única causa de homicidio de mujeres por parte de sus compañeros sentimentales según el Feminismo es por machismo y dominio del patriarcado, llevamos con esa media de entre 50 y 60 asesinatos de mujeres muchos años. Y la tira de millones de euros en ridículas campañas que carecen de eficacia.

Ridículas campañas que, tras miles de millones de euros, no han salvado ni a una mujer. Y sin embargo han creado y engrasado infinidad de redes clientelares que tuvimos la ocasión de ver los días 8 de Marzo de cada año por las calles de Madrid y otras ciudades de España al sonido de la voz del amo.

La manifestación de mujeres, no se engañen, fue el comienzo de la precampaña del PSOE y sus adláteres. No hay este año más mujeres asesinadas que la media anual pero, visto el despliegue, se diría que las hay a miles, o como las feministas dicen ¡nos están matando!.

En realidad, las manifestaciones de los 8-M y 25-N son una mezcla de enseñar los dientes de las redes clientelares, y enfocar la estrategia electoral del PSOE y de PODEMOS, “el género”, (no tienen otra). Simplemente es la forma de crear un problema inexistente mediante la alarma social, y luego, proponer la solución del programa PSOE y PODEMOS: que esta mentira sea cuestión de Estado para seguir chupando del bote miles de millones. Y similar forma cuando estaba en el Gobierno el PP. Las redes de mujeres son la nueva forma de trinque de la partitocracia. 

Y no olvidemos, que con esta situación monolítica de circunscribirse a la llamada “Violencia de Género”, se ocultan otros tipos de violencia que suceden en el contexto intrafamiliar, como la que sufren niños y ancianos; y especialmente la más invisibilizada, la que viven los hombres. En ninguno de estos casos se sitúa el foco político y mediático para prevenir, denunciar y condenar este tipo de violencia.

Esta misma semana, y van dos hechos conocidos, se ha producido el conocimiento de otro asesinato de un hombre a manos de su mujer: “muere acuchillado en el cuello un hombre apuñalado por su mujer. ni una sola palabra de solidaridad del ministerio de igualdad de montero ni del presidente del gobierno”.

 

Ver artículo 3: Muere el hombre apuñalado en el cuello por su mujer

Un hombre de 32 años de edad ha fallecido este viernes de madrugada en el Hospital 12 de Octubre tras ser apuñalado el pasado lunes 26 de noviembre por su pareja en Seseña (Toledo). La víctima y la mujer estaban en el interior de un vehículo cuando comenzó una riña. Por causas que se investigan el hombre recibió una puñalada en el cuello y la mujer trató de huir.

Ningún periódico ha hablado en este caso de “violencia hembrista”, y como podéis leer hablan de que se están investigando las causas. Y este mismo planteamiento nunca se da cuando es la mujer la agredida, dando siempre por sentado que la causa es el “machismo”, es decir, matar a la mujer por ser mujer. Cuestión que es falsa, errada, ineficaz, y que deja sin determinar las razones de las muertes, y por lo tanto afrontar las maneras más razonables para resolverlas, aparte de la actuación del Código Penal, que debería quedar para ofrecer un ajusticia imparcial u no discriminatoria por sexo ni por ninguna variable que debería estar protegida por el ordenamiento jurídico y constitucional.

Y en este sentido se olvidan las víctimas de la Violencia que el Feminismo oculta. En concreto durante el 2020 han sido 70 asesinatos u homicidios que han cometido las mujeres y que también merecerían un estudio pormenorizado de las razones que han llevado a esta violencia

 

Ver Artículo 4: Asesinatos y homicidios cometidos por mujeres en el 2020

No necesariamente deberíamos empezar a hablar de Hembrismo al definir esta Violencia que comete la mujer; y sin embargo si ocurre cuando la violencia deviene de ser varón, a la que se le define con la muletilla de “machismo”, que ya ha perdido su significado.

Y como hemos explicado en este artículo, no es razón para conocer y prevenir ningún tipo de violencia el poner en el mismo saco todos los actos violentos cuando vienen del hombre hacia la mujer. Porque la mujer no es asesinada por ser mujer, o los niños por ser niños, o los ancianos por ser ancianos, o los hombres por ser hombres.

Son muchas y variadas las razones y motivaciones que tiene la mente humana, desde la maldad, las adicciones, los componentes culturales, las enfermedades mentales. Y si no lo tenemos en cuenta, nunca podremos afrontar el problema de la Violencia con transparencia, verdad, eficacia y ciencia, apartándonos de los enfoques ideológicos y de partitocracia que en nada benefician a las víctimas en ningún nivel de prevención, actuación o penalización de la violencial. Solo causan más dolor, y redes clientelares que se lucran o rentabilizan política e ideológicamente ese dolor.

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