Artículo 1: El Jefe de la Policía Local de Algemesi denunciado por Maltrato
Que curioso sr. Erich Vanacloig, que usted haya sido DENUNCIADO POR VIOLENCIA DE GÉNERO, y que la Alcalde de Algemesí le haya retirado el arma y abierto un expediente. Recordará que no respetó mi presunción de inocencia cuando yo fuí denunciado por lo mismo que usted ahora, y de lo cual yo era inocente, y así lo demostré en los juzgados. A usted le gustará poderlo hacer en un futuro, pero mientras tendrá que pasar por una travesía del desierto.
Artículo 2: Detenido el Comisario de Policía de Algemesi por maltrato a su mujer
¿Dice usted ahora que es inocente y niega las acusaciones que su pareja le ha realizado? Permítame que exprese una sonrisa al leer en los distintos periódicos valencianos todo lo que al parecer empieza a vivir. Porque usted nunca me respetó en mi caso, mucho más duro que el suyo se lo aseguro, ni respetó la presunción de inocencia que cualquier persona merece, incluso los hombres tambien somos seres humanos. Se llama “karma” lo que ha ocurrido.
Artículo 3: Denunciado el Comisario de la Policía Local de Algemesí por Maltrato Psicológico
Ya sabia de diversas historias muy lamentables que usted protagonizó con su mujer y que trascendieron su espacio personal. Y lo sabía no porque soy una persona curiosa de las intimidades ajenas, sino porque resulta que una de las relaciones que mantuvo su mujer estando casada con usted era con un sujeto que por aquél entonces hacía de pareja de mi expareja, o sea, la mujer que me ha estado alejando de mi hijo Xavi hasta ahora.
Por cierto, ese señor que se relacionaba con su mujer, y era a la vez pareja de mi ex, como muy bien conoce era policía y usted era su jefe, y resulta que se ha marchado de Algemesí a otra localidad. Más karma de nuevo. Un sujeto nada recomendable, mujeriego y de armas tomar en la vida, poco confiable y nada leal, y que además participó junto con mi ex en una de las acusaciones falsas que recibí por parte de ella. Y ¡fíjese usted!, resulta que estábamos conectados, porque a usted también le afectó. Su mujer relacionada con ese sujeto, y a la vez era la pareja de mi ex. Y cuando mi expareja rompió con ese policía que mantenía relaciones con su mujer, me contó situaciones muy extravagantes sobre usted, siendo el hazmerreír en la comisaría, de la que lamentablemente usted era y creo que aún sigue siendo su Comisario. ¡Qué verguenza!. Pero en fin. Corramos un tupido velo. Desde luego, y solo por todas esas habladurías, ya no se corresponden con una persona que ocupa su cargo.
Señor Erich Vanacloig, ¿sabe usted que aún queda una historia entre nosotros que nunca será borrada? Una historia directa de como me sentí maltratado por usted. Y recuérde que hablo de mi vivencia, de mi vida, de la que usted ha sido una mota de polvo, pero muy sucia.
Y lo importante no es esta historia, que por supuesto yo no voy a olvidar, y relataré a continuación brevemente, sino como ahora, en el actual y siempre imparable presente, usted acaba de vivenciar aquello de lo que a mí se me juzgaba sin presunción de inocencia por su parte, y como le he dicho me sentí maltratado por muchas de las actuaciones de las que usted fue o responsable o cómplice.
¿Qué tal se siente con “la espada del juicio social, laboral y mediático” que ahora está sufriendo? No le deseo que pase ni la milésima parte que yo pasé -a mí me llegaron a echar incluso de mi trabajo sin sentencia ni condena, que nunca he tenido-, pero si estoy interesado en que usted entienda la falta de respeto que los hombres denunciados por violencia de género sufrimos porque no se nos respeta la presunción de inocencia, un derecho humano y constitucional que sujetos como usted no cumplen, al menos en mi caso.
Y ahora le toca vivirlo, y aunque creo que al final
no le echarán del trabajo, si creo que merece ser relegado de sus funciones porque usted es, en mi opinión, una
mala persona, y lo digo en base a la vivencia que yo he tenido. Y además creo también que un profesional de las fuerzas del orden local que no cuida y respeta a los vecinos, como hizo en mi caso y por lo que dicen algunas noticias como ésta que pongo aqui debajo, no merecen ser Jefe de la Policía Local:
Ahora ya no me importa si usted es inocente o no respecto a la acusacion de Violencia de Género que sufre. Y créame que lo siento no tener empatía, porque soy un activista de los derechos de los hombres a la presunción de inocencia cuando son víctimas de la perversa Ley de Violencia de Género que nos discrimina ante la Justicia y la Sociedad. Pero usted no merece mi consideración ni mi respeto, y creo sinceramente que necesita pasar por una pequeña parte del infierno que pasamos otros hombres humildes pero humillados, porque precisamente eso es lo que le faltó a usted hacia mi persona: humildad y respeto.
Tengo que recordarle que hace unos años, en la puerta del colegio de nuestros hijos, yo me encontraba esperando a mi hijo alejado Xavi, e iba acompañado de mi hijo mayor Alejandro. Nos encontrábamos detrás de la verja por la que iban a pasar los menores al acabar sus clases. Yo simplemente iba a ver salir a mi hijo Xavi, porque me resultaba duro no verle en 15 días después de la que era mi reciente separación, y al verme allí la señora Gloria, madre de Xavi y mi expareja, empezó a ponerse histérica, a llamarme maltratador y otros muchos insultos que prefiero no reproducir. Usted, sin ninguna sensibilidad ni empatía hacia la situación de forma objetiva, en vez de dirigirse a la mujer que estaba montando un espectáculo irracional -porque no quería que yo me encontrase con libertad esperando ver a mi hijo-, me llamó desde la distancia invitándome a ir a hablar con usted -y recordará que su presencia allí no era por servicio policial, sino que acudía como padre a recoger a su hijo-. Yo le contesté que no tenía porque ir a hablar donde usted se encontraba -a unos 20 metros de mí-, porque nada teníamos que hablar. Ya le conocía de otras actuaciones, y no me inspiraba ninguna confianza para mediar ni resolver nada como persona. Usted me insistía que fuese, y yo le contestaba que si usted quería hablar que viniese hacia mí, porque yo no tenía ningún interés en decirle nada. Me mostró la placa policial desde la distancia amenazándome en detenerme si no iba a su vera, y yo seguí negándome. Incluso me llegó a contar hasta 3. ¡Que vergüenza!. Al final vino el director del colegio, y nos reunió a medio camino, donde usted me dirigió palabras de amenazas y de que me marchase de allí para no molestar a la madre de mi hijo, cuando no tenía ningún derecho hacerlo. Se comportó como un macho alfa y supremacista, solo por tener una placa.
Mientras tanto mi expareja estaba interpretando su teatro, y al final saliendo por otro lugar del colegio, de forma que no pude ver a mi hijo que era a lo que yo había ido con plena libertad y sin ninguna restricción legal para poder hacerlo. Además usted llamó a un par de patrullas de la policía, una para ir de cortejo de mi ex, en plan guardaespaldas con mi hijo, y la otra para que me vigilase a mí. ¡¡Absurdo y humillante hacia mi por su parte!!. Además no teniendo como yo no tenía ningún antecedente de ningún tipo para esa actuación sobredimensionada de la policía que usted ordenó. Y todo ello en presencia de padres de niños que veían que a mí se me trataba como un criminal, y ellos como no sabían el porque, pudieron entender cualquier cosa sobre mí.
Si a ello le unimos otra intervención suya que hizo que me enviaran 5 coches patrullas por una confusión de tráfico, en la que me pararon, como si fuese un asesino o un narcotraficante sin haber hecho absolutamente nada, y no me pidió disculpas al verse claramente que era una confusión. Más otras situaciones en las que me enviaba al colegio de manera preventiva patrullas de policía por si yo me dirigía al entorno de mi ex, como si de guardaespaldas se tratasen, y todo ello en público, y lo que es peor, sin tener orden judicial ni ningún motivo legal para hacerlo.
No olvido tampoco cuando hizo gestiones con el juzgado para que yo no pudiese ir a ver a mi
hijo en la puerta del colegio, cuando a usted en nada le incumbía. O cuando no hizo
nada con una denuncia falsa de mi ex en la puerta del colegio donde me acusó de
agredirla, y sus policías sabían que no había existido tal agresión. O cuando
permitió que un policía, amigo de mi ex, me detuviera ilegalmente leyéndome
derechos en dependencias policiales sin motivo alguno solo porque mi ex podía
denunciarme sin siquiera saberlo, pero como era su palabra contra la mía no
pude hacer nada, así me lo dijo usted. O cuando ni siquiera le abrió un
expediente a ese mismo policía, que por una cuestión de tráfico en la que me
llegó a sacar el arma reglamentaria sin que hubiese habido nada que lo
justificase, salvo que yo no llevaba el seguro de la moto. O cuando permitió que
ese mismo policía a punto estuvo de atropellarme con su coche en un paso de
cebra por el que yo transitaba haciendo footing. O cuando ese mismo policía
denunció a mi hijo por supuestamente no llevar el cinturón de seguridad yendo
detrás del coche en el momento que acababa de iniciar la marcha, que no le
había dado ni tiempo a poder abrochárselo. Y así muchas más historias
bochornosas de las que usted fue partícipe o cómplice por permitirlo. Por cierto, todas las veces que tuve que acudir a la justicia por "supuesta desobediencia policial" por las denuncias de ese sujeto, amigo de mi ex, que usted amparaba, las gané. Así que mucha razón no tendrían.
No puedo olvidar su complicidad con mi ex, su falta de respeto a mi presunción de inocencia, sus actuaciones preventivas -que nunca debió hacer o mandar realizar como policía cuando no existía orden o mandato judicial alguno-.
Sí, me
sentí maltratado continuamente por su actuación. Y ahora resulta que es usted
el que ha resultado denunciado por violencia de género, y según sé,
supuestamente no le detuvieron. Y eso ya es discriminatorio respecto a otros
hombres que no son policías, y si son detenidos ante una denuncia. Debería usted haber estado en un calabozo mugriento y sentir la humillación que sienten los inocentes, aunque no tengo claro que usted lo sea, ni entraré a valorarlo.
No le odio ni siento alegría por lo que le ocurre, pero si creo que es justicia moral porque usted necesitaba experimentar lo que le está pasando para comprender mejor lo que es una denuncia falsa, ya que según dice no es verdad de lo que se le acusa. Pero no confío que a usted le haga ningún efecto, porque como le digo, en mi opinión no es más que una mala persona. Y de verdad que creo que no debería seguir de Comisario de la Policía Local de Algemesí.
Creo que desde el Ayuntamiento “Socialista” lo van a intentar apartar de su función, pero usted se acogerá a que es un funcionario ¿cierto?. Yo no pude acogerme a nada, me expulsaron del trabajo sin respetar mi presunción de inocencia, y aunque luego me pidieron perdón por su grave error y lo intentaron compensar, el daño ya me lo habían hecho.
Pero es que usted no es que merezca ser expulsado por la denuncia, sino que lo merece por su incompetencia y por su falta de sensibilidad en un trabajo que la requiere sobre todas las virtudes profesionales de un jefe de policía.
Que se apiade de usted la fortuna, va a pasar malos momentos, pero no dude que los superará. Espero que le sirva para algo a nivel profesional y humano, aunque como le he dicho tengo mis duras razonables.
Adios
Erich, adios. Por mi parte, Dios y la vida ya me han saldado las cuentas con usted.
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