6/7/21

112. La Ley "Solo Sí es Sí" obliga al hombre heterosexual y blanco en España a demostrar su inocencia por denuncia de violación

 

El Gobierno, de manos de Irene Montero, aprueba el proyecto de ley de la Libertad Sexual, más conocida como la ley del "Solo Sí es Sí" que regula el consentimiento expreso en las relaciones sexuales y acaba con la distinción entre abuso y violación, porque ahora ya todo será violación, plegándose a todas las peticiones del feminazismo (ver video 1).

 

Video 1: El consejo de Ministros aprueba el anteproyecto de la Ley del “Solo Sí es Sí”

Esta ley establece que "solo se entenderá que hay consentimiento cuando se haya manifestado libremente, mediante actos que, en atención a las circunstancias del caso, expresen de manera clara la voluntad de la persona", ha dicho Montero, y por lo tanto será el hombre heterosexual denunciado el que tendrá que demostrar su inocencia. Es decir, se creerá sí o sí a la mujer que denuncie abuso o violación, que ahora en adelante será siempre violación, y la única posibilidad que tiene el hombre de ser absuelto ante una denuncia falsa es que él mismo presente alguna grabación o prueba objetiva del consentimiento, porque sino se derrumba la presunción de inocencia y debe ser el acusado varón quién tiene que demostrarla. Todo ello contrario al ordenamiento del Código Penal y Constitucional español, que se lo pasan por el arco del triunfo.

Además de actualizar la tipificación de los delitos sexuales, la Ley de Libertad Sexual abordará múltiples ámbitos para tener más delitos graves que estarán tipificados contra los hombres, solo y exclusivamente, porque según el feminismo, que es la fuente ideológica de la que bebe esta ley, las mujeres no abusan, ni violan, ni cometen ningún delito sexual, lo cual es falso, pero ¡que más da!, lo importante es la propaganda ideológica.

En este sentido se considerará como violencia sexual la agresión, el acoso, el exhibicionismo, el piropo, el acecho callejero, la provocación sexual (aquí cabe todo un mundo, es decir, todo será denunciable según la percepción subjetiva que tenga la mujer), la prostitución ajena, la explotación sexual, la corrupción de menores, la mutilación genial femenina (la masculina ni nombrarla), el matrimonio forzado, el feminicidio sexual (aún no sabemos que es el “feminicidio y menos el sexual”) y, en el ámbito digital, la violencia sexual transmitida por medios tecnológicos, la extorsión sexual y la pornografía no consentida (y como siempre, solo y siempre que lo cometa el hombre, porque las mujeres son “seres de luz”).

Al igual que hizo la Ley contra la llamada por el feminismo Violencia de Género, esta legislación entiende la violencia sexual como un problema estructural y público, no privado y dentro de un Sistema Patriarcal, destacan desde el Ministerio de Igualdad (que no entendemos y no nos pueden explicar, solo hay que hacer un "acto de fe").

Las denunciantes mujeres (a quienes siempre llamarán “víctimas” aunque no haya sentencia) ya no tendrán que acreditar que han sufrido violencia o que se han resistido; todo acto sexual sin consentimiento será considerado agresión y se eliminarán los abusos sexuales del Código Penal, como ha pedido el movimiento feminista desde el caso de la violación múltiple de la Manada de Sevilla (porque las manadas de inmigrantes ilegales se nos ocultan).

La palabra de la mujer “denunciante” o “víctima” será ley.

 


 

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