16/8/21

123. Dando luz a la violencia en pareja en función de la orientación sexual que nos oculta el Feminismo: “las mujeres bisexuales y lesbianas tienen mayor porcentaje de víctimas de violencia que las heterosexuales”

 

     Figura 1: Porcentaje de Víctimas de la Violencia en Pareja en función de la Orientación Sexual

Hay decenas de miles de artículos sobre Violencia de Pareja Íntima (en adelante la llamaremos VPI), pero de esos, solo el 3% tratan el tema de la orientación sexual. Esta es una revisión de esos 358 artículos donde las mujeres bisexuales y lesbianas tienen mayor porcentaje de victimización que las heterosexuales.

Los autores destacan que la mayoría de estos estudios miden la violencia entre hombres homosexuales o bisexuales, sin considerar que las mujeres puedan ser víctimas y perpetradoras en relaciones lésbicas. Un sesgo muy extendido en nuestra sociedad.

Sin embargo, los estudios que sí que analizan esta problemática encuentran que las mujeres también sufren VPI cuando tienen relaciones con otras mujeres, y no pocas, de hecho, en proporción es mucho mayor que en relaciones heterosexuales.

El Centro de Control de Enfermedades de EEUU (CDC por sus siglas en inglés), realizó un estudio en el año 2013 donde obtiene las cifras que muestro en la infografía de inicio de este artículo. En esta violencia no se considera la violencia psicológica, solo la física, la sexual y el acoso.

Incluso si solo nos centramos en la violencia física severa, las mujeres bisexuales y lesbianas son las que más violencia de pareja reciben, en proporción a su número. Por supuesto, en valores absolutos, las parejas heterosexuales serán mucho más porque son las relaciones mayoritarias en nuestra sociedad.

Si incluimos la violencia psicológica, el grupo que más VPI recibió en los últimos 18 meses fue, precisamente, las chicas adolescentes que estaban en relaciones con otras mujeres, en comparación con los chicos en relaciones con otros varones.

Entre chicas es más probable que se tiren cosas que entre los chicos, que tienden más a las amenazas. No obstante, entre adolescentes, sus ratios de violencia fueron similares a los de jóvenes heterosexuales.

Pese a ciertas limitaciones de los artículos que revisan (y que después de aplicar los criterios de exclusión se quedan en 96), se puede concluir que entre homosexuales se tiene el mismo o mayor grado de VPI que entre parejas heterosexuales.

Es decir, la violencia de pareja no entiende de ORIENTACIÓN SEXUAL y es TRANSVERSAL a todo TIPO DE RELACIONES.

Como era de esperar por toda la literatura científica existente (más de 14 mil estudios), entre los factores que llevan a los perpetradores de cualquier condición sexual y sexo a usar la violencia son bastantes similares: problemas interpersonales, poca seguridad en la relación, problemas psicológicos, abuso de sustancias, comportamientos agresivos, supresión de la vulnerabilidad emocional, necesidad de control, poca educación, poca autoconfianza, abusos o violencia en la infancia, no cumplir con los roles de género, etc.

Aunque sí que hay algunas diferencias entre sexos, como que las mujeres perpetran violencia de igual forma independientemente de su estatus económico, mientras que los hombres la perpetran más entre los varones de estatus económico bajo.

También apunta a que el abuso de drogas y alcohol es la principal razón por la que existe mayor cantidad relativa entre los perpetradores LGTBI que entre los heterosexuales, y esto también podría explicar la diferencia de varones perpetradores con respecto a las mujeres.

Por lo tanto, programas de prevención de consumo de drogas y alcohol podría ser más que interesante para evitar la VPI y los homicidios en el ámbito de la pareja, así como más ayudas para que los hombres no acaben siendo el 80% de los sintecho.

También es curioso como entre hombres gay o bisexuales, las razones de control (normalmente asociado al varón) era menos prevalente que entre mujeres lesbianas o bisexuales.

Solo el 8% de las perpetradoras se debió a la autodefensa, por lo tanto, no es verdad que las mujeres que aplican la violencia sea mayoritariamente para defenderse de su agresor.

También se muestra, como otros cientos de artículos sobre VPI, que la violencia fue mayoritariamente bidireccional. Es decir, que en más del 50% de las parejas LGTBI se agredían mutuamente. Esto mismo se ha visto en relaciones heterosexuales en otros estudios.

Y esto tiene su explicación en el estudio Dunedin, en la que explicaban que las personas violentas tendían a buscar parejas con sus mismas características. Ojo, esto no indica que no haya parejas donde la persona violenta solo sea una de las partes, las hay, son casi la mitad.

En este artículo los autores no tienen en cuenta que los estudios clínicos suelen ser para agresiones graves. En las agresiones graves es verdad que no hay bidireccionalidad, siendo principalmente los hombres que producen muchas más lesiones graves a sus parejas que al revés.

En otros estudios esto lo achacan a la diferencia promedio de la fuerza en los hombres y su efectividad en matar. Por tanto, ambos hechos son compatibles: la violencia leve es mayoritariamente bidireccional pero la grave es mayoritariamente unidireccional.

Es decir, solo uno suele acabar en el hospital o muerto y suele ser el que tiene menos fuerza o el que es menos eficaz ejerciendo daño.

Si queremos reducir la violencia y las muertes en el ámbito de la pareja, sea cual sea su sexo o condición sexual, debemos tener esto en cuenta a la hora de tomar medidas públicas y efectivas: atacar los factores que afectan a dicha violencia con métodos basados en la ciencia.

 

Fuente al estudio: https://doi.apa.org/doiLanding?doi=10.1037%2Fa0038656


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