16/11/21

63. Carta de belleza y perdón abierta a las Víctimas de la Violencia feminista y sus Denuncias Falsas por la llamada Violencia de Género

 

Perdón, quiero pediros perdón a los hombres denunciados falsamente, en mi nombre y el de una gran mayoría de la sociedad que nos hemos sentido avergonzados cada vez que nos enteramos que os ponen injustamente la etiqueta de "maltratador" sin serlo. Yo mismo he sido denunciado en falso, y me hubiera gustado sentirme acompañado por esa parte de la sociedad que sabe pedir perdón.

Perdón por las veces que habéis pisado un calabozo, confusos, dolidos, humillados, sin siquiera haberos preguntado vuestra versión, ni haber probado antes vuestra inocencia.

Perdón por cada vez que os han desahuciado de vuestras vidas, alejado de vuestros hijos y os han obligado a caminar con la cabeza agachada, porque os señalan con el dedo y os miran como a esos que sí han sido verdaderos monstruos y que merecen el castigo que vosotros estáis pagando, simplemente por pertenecer al mismo sexo.

Perdón porque nada puede hacer pagar el dolor y la pena vividos, seáis condenados o no, por culpa de una mujer que finge ser víctima y jamás lo fue.

Perdón porque por el hecho de ser hombre ya os castigan, cuando la maldad existe en cualquier sexo.

Perdón a ti también, hijo, hombre o mujer maltratados de verdad, y que vives un infierno lleno de miedos, del que no sabes si podrás salir si quiera con vida y ahora tienes un temor más, que no te crean. Porque hay otras mujeres que utilizan una herramienta para protegeros, gravemente equivocada por su sesgo en función del sexo, y que las falsas denunciantes usan solo para su beneficio en venganza o interés económico, esas que simulan vivir la pesadilla que sienten quien sufre violencia, sin saber ni la cuarta parte de lo que es y no tienen ni pudor, ni vergüenza en utilizar unos recursos que no les corresponden, esos que están hechos para que medianamente puedas volver a empezar tu vida y que no son suficientes. Perdón porque a ti te toca esperar más por un juicio, para que te asignen un abogado, para que te proteja un policía, para que te den una ayuda económica; porque delante de ti hay una arpía que se está haciendo pasar por víctima.

Perdón a vosotros hijos, que tenéis que estar meses, años, o el resto de vuestras vidas sin ver a papá, echándole de menos u odiándole, y sin saber a cuento de qué, aunque lo creais de forma equivocada. Perdón porque quizá os estén metiendo en la cabeza una idea, una imagen equivocada de papá, que os estén repitiendo una y otra vez que es un monstruo que le pega a mamá, incluso a vosotros mismos sin ser cierto. Quizá hasta os estén obligando a mentir y a decir cosas malas que no sentís sobre vuestro padre, quizá mamá está utilizando el chantaje contra vosotros diciendo que si no lo hacéis es porque no la queréis, o que le tengáis miedo para siempre convertido en odio.

No quiero imaginar vuestro dolor y os pido perdón por eso y por cada vez que se os utiliza como un objeto de venganza.

Perdón a esos padres que lloráis y sufrís por vuestros hijos, al verlos metidos en algo que es mentira e injusto. Perdón porque no podéis disfrutar de vuestros nietos, de verlos crecer.

Perdón a aquellos que habéis tenido que enterrar a vuestros hijos, que decidieron quitarse de en medio después que les arrebataran sus vidas, con la diferencia que antes respiraban; no pudieron con el dolor y la presión y acabaron con ello.

Perdón a policías, jueces, abogados, fiscales, funcionarios, por todo el trabajo que sabiendo que es una enorme falsedad por codicia y que aún sabiéndolo tenéis que hacer, porque así lo manda la ley, o porque os sentís presionados a hacerlo. Estáis equivocados, pero es humano no querer vivir perseguidos el resto de vuestras vidas por lobbies de presión o prensa activista del feminismo.

Perdón a todos y a mí mismo, porque estamos creando una imagen de las mujeres equivocada, porque confundimos la feminidad con el feminismo. Hombres y mujeres requerimos igualdad ante la ley y los mismos derechos, respetando nuestras diferencias, pero sabemos perfectamente las obligaciones que con ello también tenemos.

Perdón porque confundimos a las mujeres con un grupo de insensatas feministas, resentidas, que ven a los hombres como rivales y no como compañeros de equipo; que se piensan que lo único que les vincula a sus hijos es el poder de la venganza, el odio o el dinero que tienen que ingresar por muy tarde los días cinco de cada mes.

No, ya está bien, ni todos los hombres son malos, ni todas las mujeres lo piensan ni tampoco lo son, y por supuesto no somos enemigos.

Ya basta de estigmas y que la ley castigue a las verdaderas personas malvadas independientemente de su sexo y con igualdad real ante la ley, sin ningún tipo de discriminación.

 

Un hombre completamente indignado, y que ha pasado por el trance de la denuncia falsa y pérdida de un hijo.

 

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