Llega el momento de que uno mismo se construya como un ejemplo digno de ser seguido. No me refiero a conformarse con solo hablar o escribir, en grupo o en redes, y criticar, sino de demostrar con nuestras acciones quienes somos y que valores representamos.
No debemos subestimar el impacto que podemos tener en la vida de los demás, sobre todo si somos padres o educadores. Porque nuestro ejemplo puede ser la chispa que encienda la llama de la esperanza en aquellos que están pasando por momentos difíciles, o sencillamente porque nosotros somos su esperanza. La valentía para enfrentar desafíos y superar obstáculos puede ser la inspiración en alguien que necesita levantarse y seguir adelante.
A lo largo de todo el camino que anduve, he sido por fin consciente que el mundo no cambia con mis opiniones, sino que ha empezado hacerlo con mis acciones. Es fácil hablar, pero es mucho más significativo actuar. Por eso, queridos amigos, os pido que no seáis una voz en el viento, sino que deis el paso de convertiros en un faro que guíe a otros hacia la superación y la bondad. Y si sois PADRES, me comprenderéis más aún.
No os preocupes por lo que los demás puedan pensar. Si vivís de acuerdo con vuestros principios y valores, tu ejemplo hablará por sí mismo. No importa cuántas palabras pronuncies, lo que realmente importa es cómo vives tu vida. En mi caso decidí seguir la senda de la razón, del amor y de Dios. Y creedme, me siento muy bien, y sobre todo actúo mucho mejor.
Por ello te digo amigo mío, hijo mío, y en general a toda persona que sufre y lucha, tened esperanza en el desafío de ser uno mismo ejemplo positivo en un mundo que a menudo parece estar lleno de negatividad. Muestra al mundo que la bondad, la compasión, la lealtad, la transparencia y la determinación son cualidades que valen la pena cultivar. No te conformes con ser un simple espectador de la vida, sino que conviértete en un protagonista que marca la diferencia.
No te desanimes si en algún momento sientes que tus esfuerzos pasan desapercibidos. Nada más lejos de la realidad. Tu ejemplo puede estar sembrando semillas de cambio que florecerán en el momento adecuado. Confía en que tus acciones tienen un impacto, incluso si no puedes verlo de inmediato. Aquello que no se ve, es lo que más valor tendrá, y nos lo enseña la Fe.
Da tu ejemplo con orgullo, sabiendo que estás contribuyendo a hacer de este mundo un lugar mejor. No subestimes el poder transformador de tu ejemplo, ya que puede inspirar a otros a ser valientes, compasivos, auténticos y verdaderos.
Crece amigo mío, hijo mío, crece sin humillar a otros, sin pasar por encima de las personas. No mientas, no adules, no seas hipócrita, ni sea interesado. No importa que tan bueno eres en lo que haces, siempre habrá alguien mejor. El conocimiento podrá abrirte puertas, pero la humildad, la sencillez, la verdad, te abrirá el corazón de la gente.
Da tu ejemplo con humildad y determinación, sabiendo que estás dejando una huella positiva en el mundo. No te conformes con ser una voz en el coro, sino que alza tu voz a través de tus acciones y valores; y conviértete en un faro de luz para aquellos que buscan inspiración y guía.
Las personas que nos rodean tienen un impacto profundo en nuestra vida. Ellas pueden influir en nuestro estado de ánimo, autoestima, energía y motivación. Algunas personas nos drenan, nos rompen y nos arrastran a su caos y miseria, mientras que otras nos inspiran, nos reparan y nos motivan a ser mejores.
Es importante rodearse de aquellos que sumen, que sean refugio y que nos motiven a seguir adelante. Personas que nos valoren por lo que somos, que nos vean con buenos ojos y nos impulsen a alcanzar nuestras metas. Debemos buscar a quienes nos quieran de verdad, pero sobre todo, que nos valoren y no nos utilicen a su antojo.
Es crucial tener a nuestro lado a personas que nos inspiren a ser mejores, que nos impulsen a crecer y a alcanzar nuestras metas. No obstante, también es importante ser un refugio para ellos, motivarlos y apoyarlos en sus propias luchas y desafíos.
Así que, aunque sean pocas, cuida a las personas que tienes a tu lado, valora su presencia y su influencia en tu vida. Busca rodearte de aquellos que te sumen, te inspiren y te impulsen a ser la mejor versión de ti mismo. Y recuerda, también tú puedes ser un refugio y una motivación para los demás. Juntos, podemos construir un círculo de apoyo y motivación que nos ayude a alcanzar nuestras metas y a ser felices.
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