Somos lo que amamos, no lo que tenemos, lo que aparentamos, lo que
queremos hacer creer a los demás o lo que dicen de nosotros. Eres lo que das,
lo que cuidas, lo que valoras.
Es el amor lo que te impulsa a dar lo mejor de ti, a cuidar de los
demás, a valorar lo que realmente importa en la vida.
Cuando amas de verdad, no hay espacio para la falsedad o la
superficialidad. Eres auténtico, genuino, y eso es lo que te hace único e
irrepetible. Tu verdadera esencia se revela en cada acto de amor, en cada gesto
de bondad, en cada palabra de aliento.
Con lo único que a mi me pueden impresionar es con su LEALTAD,
SINCERIDAD y TRANSPARENCIA. Porque fiestas, uno que otro lujo, viajes, coche,
andar en restaurantes y en la calle, ya tuve.
La lealtad, sinceridad y transparencia son los pilares
fundamentales que hemos ido construyendo en estos años. En un mundo lleno de
distracciones y superficialidades, encontrar a alguien como tú, íntegra y
auténtica es un regalo invaluable. Más allá de las apariencias y los placeres
temporales, tu verdadera belleza radica en la honestidad de tus acciones, en la
confianza mutua y en la fidelidad que perdura a través del tiempo.
Sentir tu lealtad, sinceridad y transparencia es descubrir un
tesoro que enriquece el alma y trasciende cualquier otra forma de impresión
superficial.
Gracias cariño, y sobre todo por ese tesoro compartido que es
nuestro hijo Yuri.
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