Es difícil describir lo que siento en esta situación tan complicada después de la Dana. Una mezcla de emociones difíciles de expresar, en un día además tan marcado como el de "Todos los Santos", donde recordamos a nuestros seres queridos que no están ya entre nosotros. Y quiero decir unas palabras teniendo a mi padre en el recuerdo, sobre las inundaciones en mi tierra Valenciana, y especialmente en Algemesi:
Tengo muy claro donde no debo mirar porque no hay nada de lo que aprender:
me refiero a las autoridades políticas de todo signo. Nada que pedirles a esos
"representantes públicos" escondidas tras sus discursos políticos y
palabrería vacía.
No deseo tampoco mostrar la devastación que hay a mi alrededor, de la que
he sido testigo. Eso lo dejo para los "profesionales mediáticos del dolor
ajeno".. Ni quiero expresaros quejas ni malos rollos tras esta dura
experiencia.
Quiero dar mi amor a los seres queridos de las más de 205 personas
fallecidas a hora en que escribo. Estoy seguro de que se hubieran podido evitar
muchas de las muertes si las instituciones públicas hubieran dado la alarma
antes. Lo siento en el alma.
Y también todo mi afecto y cariño a los miles de afectados. Soy uno de
vosotros.
Pero sobre todas las cosas quiero dar las gracias a los VOLUNTARIOS, chicos
y chicas anónimos que he visto actuar y salvarnos a todos nosotros con su ayuda
y su trabajo desinteresado. Cierto que hay personas egoístas y poco solidarias,
lo he visto también con mis ojos estos días. Pero destaco a los verdaderos
héroes de esta historia: los voluntarios.
En especial y en nuestro caso a voluntarios venidos de Carcagente y amigos
militares de mi hijo, que formaron cadenas humanas de ayuda. Personas de las
que desconozco su nombre, pero he sabido de la belleza de su alma y de sus
actos. ANGELES de carne y hueso. Gracias desde lo profundo de mi corazón.
Ánimo y mucha entereza a los afectados. Fuerza Valencia. Y sobre todo mi
admiración para los héroes anónimos: LOS VOLUNTARIOS.
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